El informe revela una marcada brecha de género en la prevalencia de la discapacidad en personas mayores, con cifras consistentemente más altas en mujeres que en hombres en todos los grupos etarios.
El envejecimiento acelerado de la población chilena continúa imponiendo nuevos retos al país. Así lo revela el nuevo informe «Niveles de discapacidad en personas mayores» elaborado por el Centro de Conocimiento e Investigación en Personas Mayores (CIPEM), de la Facultad de Gobierno UDD y Caja Los Héros, que analiza los recientes datos del Censo de Población 2024.
El estudio evidencia que la discapacidad aumenta de forma significativa con la edad, alcanzando cifras alarmantes en personas mayores de 80 años. A nivel nacional, el 53,5% de quienes tienen 80 o más años presenta algún tipo de discapacidad. En este grupo, el porcentaje en mujeres (56,2%) es superior al de los hombres (48,9%).
“El informe confirma una tendencia que ya veíamos venir: la discapacidad en personas mayores se está convirtiendo en un fenómeno masivo que requiere atención urgente desde las políticas públicas. No solo por su impacto en salud, sino por los múltiples apoyos que estas personas requerirán en términos de autonomía, accesibilidad y redes de cuidado”, explicó Yamil Tala, investigador de CIPEM.
Además del incremento generalizado por edad y sexo, el informe revela fuertes disparidades entre regiones. Ñuble posee los porcentajes más altos de discapacidad en todos los grupos etarios, sobrepasando el promedio nacional, alcanzando un 70,8% en el grupo de 85 años o más. Otras regiones como Maule, La Araucanía y Biobío también superan consistentemente el promedio nacional, mientras que Metropolitana, Antofagasta y Magallanes presentan los índices más bajos.
“El componente territorial es clave. Las diferencias regionales evidencian brechas en acceso a salud, infraestructura y redes de apoyo. Este es un llamado de atención para que las estrategias públicas sean pertinentes a cada realidad local”, señaló Tala.
El informe también destaca que el aumento sostenido de la discapacidad comienza a acentuarse a partir de los 70 años, con un salto de 21,0% entre los 65 y 69 años, a un 35,0% en el grupo de 75 a 79, hasta llegar al ya mencionado 62,9% en personas de 85 años o más.
Para Tala, “estos datos deben marcar una hoja de ruta clara para el país. Necesitamos políticas focalizadas que aborden tanto la prevención de la discapacidad como la inclusión activa de personas mayores, con énfasis en mujeres y en regiones con mayores niveles de vulnerabilidad”.