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El Mercurio | Rodrigo Arellano proyecta los desafíos del próximo gobierno en el Congreso

Al mirar la correlación de fuerzas en el Congreso claramente no habrá mayorías para el presidente electo, pero es cierto que el Parlamento lo recibirá con una configuración más favorable que la ofrecida en 2022 a su antecesor.

José Antonio Kast estará a dos votos de lograr los 78 diputados para conseguir una mayoría absoluta en la Cámara, la que resulta ser siempre más esquiva y voluble; y tendrá un Senado empatado a 25, entre oposición y oficialismo; a uno de la mayoría.

En el Senado, pesará la fallida estrategia electoral de los pactos electorales en Atacama y en Aysén; en ambas regiones perdieron un escaño, al competir en dos listas en Atacama, permitiendo a la izquierda doblar con Yasna Provoste (DC) y Daniella Cicardini (PS). En el sentido inverso, en Aysén se omitió Chile Vamos y dejó la vía libre a Cambio por Chile (PNL, P. Republicano y PSC), que no se pudo imponer y habilitó el triunfo de Miguel Ángel Calisto (regionalista) y Ximena Órdenes (PPD). Esto resuena más aún hoy, luego que José Antonio Kast ganara el balotaje en ambas regiones.

En tal sumatoria, el presidente electo y su coalición estarán obligados a buscar ampliar su base de apoyo para al menos obtener la mayoría absoluta. Con ella le alcanzaría para aprobar proyectos de ley de rango orgánico constitucional (LOC) y de quorum calificado como, por ejemplo, el proyecto complementario a los cambios al sistema político. Una reforma tributaria también contiene artículo de mayoría absoluta; en 2023, al Presidente Gabriel Boric le rechazaron una.

No obstante, para una reforma estructural como una modificación constitucional, está lejos de contar con los votos necesarios de 4/7 (89 diputados y 29 senadores). Quizá lo pueda lograr, pero para eso será vital la incidencia de la bancada del PDG y qué resuelvan sus 14 diputados, en orden a si apoyarán o no al gobierno de turno. Hasta ahora, la consigna del partido del excandidato Parisi ha sido “ni facho, ni comunacho”.

Aunque hay dos factores que pueden favorecer a la futura administración Kast en el Congreso. El primero es que se visaron dos proyectos, en 2022 y 2023, para rebajar los quorum de aprobación de leyes, por lo que se eliminaron las supramayorías de 2/3 (103 diputados y 33 senadores) y 3/5 (93 diputados y 30 senadores) para reformas constitucionales y quedó solo en 4/7 (29 senadores y 89 diputados) y las leyes orgánicas ya no requieren 4/7, sino mayoría absoluta, por lo que Kast llega con un escenario más favorable respecto del debut de Boric.

El segundo aspecto radica en la disolución de partidos, que se estima que afectará a 13 tiendas, por efecto de no reunir los requisitos para su existencia legal tras la elección de noviembre. Eso redundará en una menor fragmentación, al menos en el papel, al bajar de 19 a 11 las colectividades con representación en la Cámara, por lo que el camino hacia la búsqueda de acuerdos y consensos podría ser más corto.

Claves de la proyección legislativa de la futura administración Kast, las da el vicedecano de la Facultad de Gobierno de la UDD, Rodrigo Arellano.

—¿Es válida la opción del llamado “pirquineo de votos”?

—El pirquineo o la manera de buscar votos de manera individual en ambos bloques va a ser sin duda, creo yo, una opción necesaria. El pirquineo no va a ser una opción, sino una necesidad de carácter estructural de parte del próximo gobierno y en eso será clave la votación del Partido de la Gente, esos 14 votos, cómo se van a comportar de aquí al 11 de marzo, si ese número se va a consolidar en un bloque ideológicamente unificado o va a haber diferencias y no va a haber una identidad de carácter partidario.

—¿Es posible pensar que se repita lo sucedido con el Presidente Boric, a quien le rechazaron una reforma tributaria, al no tener mayorías robustas a su favor?

—Perfectamente es posible. En la Cámara de Diputados no hay un escenario para alcanzar acuerdos, pero es un escenario alcanzable para José Antonio Kast. Cualquier reforma estructural va a tener una dificultad parlamentaria que es la de alcanzar mayorías.

—¿Kast estaría un poco más cerca de mayorías en la Cámara?

—No cabe duda de que José Antonio Kast tiene una ventaja por sobre Jeannette Jara en la posibilidad de llegar a acuerdos. Es indudable que el escenario de parlamentarios que han logrado configurar en esta segunda vuelta es comparativamente más amplio que el de Jeannette Jara y lo acerca a mayorías que son necesarias para poder avanzar en la agenda legislativa. En eso, José Antonio Kast tiene una ventaja táctica por sobre Jeannette Jara; pero tiene una ventaja que debe saber consolidar. Eso va a significar el incorporar probablemente a personas de Chile Vamos, del PNL dentro del gabinete y poder establecer también lineamientos programáticos.

—¿A qué puede aspirar el próximo Gobierno en el Congreso? ¿A proyectos de menor calado? ¿No a reformas estructurales, por ejemplo?

—En el Senado existen más posibilidades de incorporar a senadores independientes o que tengan una sensibilidad diferente, creo que el escenario adverso va a estar dado en la Cámara de Diputados y ahí, insisto, la llave, la complejidad está dada por el resultado que obtuvo el PDG, que tiene la llave para abrir el cerrojo del proceso legislativo. Van a tener que centrar su agenda legislativa en donde hay consenso en materia social, que es seguridad, crecimiento económico y empleo. Va a ser muy difícil que un parlamentario del PDG, por ejemplo, pueda restarse de acuerdos que vayan en esa dirección.