Al verse nuevamente involucrada la familia Allende, y de paso, el Gobierno, es inevitable que algunos piensen que es algo al alza, independiente de que este sea un caso que viene de una administración anterior. Ese es parte del diagnostico que hacen analistas políticos respecto al caso de la fundación Allende.

(…) En tanto, para el vicedecano de la Facultad de Gobierno de la UDD, Rodrigo Arellano, uno de los aspectos más preocupantes del caso es que “la ciudadanía se acostumbró a que el Presidente va a tener siempre un trato diferente con la familia Allende. No solamente ha declarado su admiración, sino que hubo un homenaje exacerbado para los cincuenta años del golpe de Estado, que se coronó con la fallida compra de la casa”.

Respecto a este caso concreto, Arellano enfatiza en la necesidad que tiene el Gobierno de sacudirse de esta clase de polémicas que no permiten mantener un relato claro. Además, menciona que “estas obras que están todavía en pertenencia de este museo y que no han sido entregadas para el cumplimiento de esta deuda; no sorprende, porque más allá de lo que puede ser, el país se acostumbró que cuando se trata de la familia Allende, existe un trato privilegiado por parte del Presidente y el Gobierno en general”.