Este martes en el Senado se estuvo pensando poner en tabla el proyecto de reforma al sistema político. Sin embargo, los permisos solicitados por cinco congresistas cambiaron los planes y se optó por postergar su votación. Con un quorum requerido de 4/7, es decir, 29 respaldos, los impulsores de la iniciativa reconocen que cada apoyo cuenta para poder ser despachado.
Es un hito más de una disputa que hoy vive semanas cruciales en el Congreso y que tiene en veredas opuestas al Gobierno y la oposición. A tan solo cinco meses para las elecciones presidenciales y parlamentarias, se siguen debatiendo proyectos que podrían cambiar de manera significativa su desarrollo, por lo cual junio se perfila como un período de definiciones.
Aún no está zanjado quiénes serán los habilitados para sufragar en noviembre; cuáles serán las multas para quiénes no lo hagan, a pesar de que el voto es obligatorio; o cómo se repartirán los escaños los diputados que sean electos en caso de que se imponga un umbral de entrada a los partidos.
(…) Entre analistas, también hay críticas a las demoras legislativas. Así lo plantea el vicedecano de la Facultad de Gobierno de la UDD, Rodrigo Arellano, quien dice que “no es responsable no tener certezas de cómo va a ser la elección de noviembre, que está a la vuelta a la esquina”.
Asevera que en la situación actual “se alteran dos derechos políticos que son fundamentales”: el que los ciudadanos puedan conocer las condiciones del voto, pero también el impacto sobre partidos, “pues es muy distinto la estrategia si va a haber voto obligatorio o umbrales”.
También apunta contra el Ejecutivo y dice que su rol “es un tremendo fracaso, ya que pudo poder haber propuesto un proyecto con suma urgencia y ordenar a su sector”. Agrega que esto debió estar zanjado en marzo y “ya estamos tarde, y es irresponsable alterar las reglas del juego a esta altura del partido”.