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A cinco años del Covid-19: investigaciones del DCCS muestran el impacto multifacético de la pandemia en Chile

Los resultados han significado un aporte en temas de vacunación, migración, efectos neurológicos y cognitivos de este virus, y cambios en la sociosexualidad durante la pandemia.

En el contexto de cinco años desde el inicio de la pandemia de COVID-19, académicos y estudiantes del Doctorado en Ciencias de la Complejidad Social de la Facultad de Gobierno de la UDD, analizan el impacto de la investigación interdisciplinaria que se ha generado en torno a este tema, con estudios que abarcan desde la neurociencia y la psicología, hasta la salud pública y las ciencias sociales, evidenciando la complejidad y diversidad de los efectos de la crisis sanitaria en la sociedad chilena.

“Estas investigaciones no solo aportan a la comprensión científica de la pandemia, sino que también reflejan la esencia del programa de doctorado, que además fue recientemente fue acreditado por siete años por la CNA: integrar diversas disciplinas para abordar problemas complejos que afectan a la sociedad”, destaca su director, José Antonio Muñoz.

“Durante estos cinco años, nuestros académicos abordaron diversas dimensiones del COVID-19, poniendo en valor el trabajo colaborativo entre áreas como la psicología, la neurociencia, la epidemiología y la sociología”, agrega.

Uno de los estudios que se ha llevado a cabo, se centra en las actitudes hacia la migración durante la pandemia, específicamente, cómo la percepción de riesgo de contagio influyó en las actitudes hacia la migración en Chile. Utilizando datos extraídos de Twitter antes y durante la pandemia, el estudio reveló que, si bien hubo un aumento en las discusiones sobre migración, no se registró un incremento generalizado en actitudes xenofóbicas. «Este estudio nos muestra que, pese al contexto de miedo e incertidumbre, la sociedad chilena demostró resiliencia frente a discursos de odio, lo que es alentador para la cohesión social», destaca la Dra. Freire-Vidal quien es la primera autora de este estudio que fue parte de sus tesis doctoral​.

El Dr. Pablo Billeke y la Dra. Patricia Soto-Icaza, investigadores del Laboratorio de Neurociencia Social y Neuromodulación (neuroCICS) de la UDD, lideraron un estudio que evidenció cambios estructurales y funcionales en el cerebro de pacientes que experimentaron pérdida del olfato (anosmia) durante la infección por SARS-CoV-2. “Encontramos alteraciones en la corteza parietal y en la integridad de la materia blanca, lo que podría explicar algunos síntomas persistentes que reportan los pacientes recuperados”, explica el Dr. Billeke. Estos resultados refuerzan la importancia de considerar evaluaciones neurológicas de seguimiento para pacientes post-COVID, incluso en casos de infección leve​.

En el ámbito de la salud pública, el Dr. Mauricio Apablaza, fue parte del equipo multidisciplinar que investigó la distribución territorial de la seroprevalencia y la cobertura de vacunación contra el COVID-19 en dos ciudades chilenas. La investigación reveló que, si bien las primeras olas de contagio afectaron desproporcionadamente a las zonas más vulnerables, la campaña de vacunación logró revertir estas desigualdades, alcanzando una cobertura homogénea en distintos niveles socioeconómicos. “Este estudio demuestra que, con estrategias adecuadas y un sistema de salud sólido, es posible superar las barreras sociales en el acceso a la salud”, señala el Dr. Apablaza.

En el área de la psicología y el comportamiento humano, los académicos del programa exploraron cómo la percepción del riesgo de contagio afectó la orientación sociosexual de hombres jóvenes chilenos. El estudio, basado en datos recopilados antes y durante la pandemia, mostró una disminución en la frecuencia de fantasías sexuales y en el número de parejas sexuales durante el periodo pandémico, especialmente en aquellos con mayor percepción de riesgo. “Estos hallazgos sugieren que, en contextos de amenaza sanitaria, las personas tienden a modificar comportamientos inmediatos como el deseo y la conducta sexual, aunque las actitudes de fondo hacia las relaciones se mantengan estables”, explica el Dr. Pablo Polo, coautor del estudio.