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Investigadoras CICS publican hallazgos sobre cognición social y percepción del habla en el autismo, y efectos de cooperación en ambientes de competencia grupal

La profesora de claustro de CICS, Dra. Patricia Soto-Icaza, y la alumna doctoral, Montserrat Belinchón, publicaron sus investigaciones en las revistas científicas Cerebral Cortex y Frontiers in Psychology, respectivamente.

Con el objetivo de profundizar en el comportamiento humano y los fenómenos de interacción social de manera multidimensional e integrada, dos investigaciones del Centro de Investigación en Complejidad Social (CICS) de la Universidad del Desarrollo, fueron publicadas por reconocidas revistas académicas, para su difusión científica.

 La Dra. Patricia Soto-Icaza, en estrecha colaboración con los académicos e investigadores Leonie Kausel, Maëva Michon y Francisco Aboitiz, publicaron el artículo A multimodal interface for speech perception: the role of the left superior temporal sulcus in social cognition and autism, enfocado en el rol que cumple el surco temporal superior izquierda en la cognición social y el autismo.

“La integración multimodal es crucial para la interacción humana, especialmente para la comunicación social, que depende de la integración de información de diversas modalidades sensoriales”, explica la investigadora. “En este artículo, proponemos que las áreas cerebrales a lo largo del surco temporal superior (STS) derecho, que apoyan la integración multimodal para la percepción y cognición social, pueden considerarse homólogas a aquellas en el hemisferio izquierdo, dominante en el lenguaje, y que sostienen la integración multimodal del habla y los conceptos semánticos fundamentales para la comunicación social”.   

Al enfatizar la importancia del STS izquierdo como un centro neuroanatómico y funcional estratégico en la integración multimodal y en procesos asociados como la atención multimodal a estímulos socialmente relevantes, la investigación destaca la potencial relevancia en la comprensión de condiciones del neurodesarrollo caracterizadas por desafíos en la comunicación social, como el trastorno del espectro autista (TEA). De esta manera, comprender los mecanismos asociados a la percepción del habla tanto en el desarrollo típico como atípico, contribuyen a una comprensión más integral de la comunicación social humana y al diseño de apoyos intencionados para condiciones del neurodesarrollo tan heterogéneas como el autismo.

La investigadora CICS junto a los autores concluyen que “el complejo fenómeno de la comunicación social está gobernado en parte por el lóbulo temporal, en donde el STS se localiza como una interfaz multimodal para la comunicación social entre otras regiones cerebrales relevantes como el área temporal de la voz (TVA) en la corteza auditiva, la unión temporoparietal (TPJ) en la región parietal y el área temporal visual del habla (TVSA). En este artículo, argumentamos que se debe considerar el STS izquierdo como especialmente relevante para la percepción del habla social, ya que sustenta la integración multimodal del habla y los conceptos semánticos y, por lo tanto, debe tomarse en cuenta al estudiar condiciones del neurodesarrollo que presentan dificultades en la comunicación y cognición social, como el autismo”.

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Efectos de la cooperación en ambientes de competencia grupal

Por su parte, la alumna doctoral Montserrat Belinchón, en conjunto con los académicos Pablo Polo, Carlos Rodríguez, Oriana Figueroa, Nohelia Valenzuela, Paula Pavez y José Antonio Muñoz, desarrollaron el artículo The effect of intergroup competition outcome on ingroup cooperation: insights from the male warrior hypothesis, en el que analizan los efectos en el resultado de la competencia entre grupos, en la cooperación dentro del grupo.

“El objetivo de nuestra investigación fue arrojar luz sobre el efecto del resultado de competencias previas en el comportamiento cooperativo posterior bajo conflictos entre grupos”, explica la investigadora. “Basándonos en la Hipótesis del Guerrero Masculino (MWH), planteamos la posibilidad de que las competencias repetidas entre grupos podrían aumentar la cooperación dentro del grupo, independientemente del resultado del concurso anterior, ya que está en juego el estatus, por ejemplo”, profundiza Belinchón.

Los resultados muestran que los escenarios de conflicto entre grupos promovieron la cooperación tanto en condiciones de victoria como de derrota, mientras que, en el escenario de control, solo los perdedores aumentaron su cooperación.

“A través de esta investigación encontramos que tanto los ganadores como los perdedores aumentaron la cooperación en una segunda ronda de un juego, en comparación con la primera ronda cuando hay competencia con otro grupo”, concluye la investigadora. “Estos resultados sugieren que, bajo un escenario de conflicto entre grupos, tanto ganadores como perdedores tienen incentivos para aumentar la cooperación, apoyando el postulado principal de la hipótesis del guerrero masculino. De esta manera, proponemos que los incentivos para cooperar podrían estar impulsados por un mecanismo relacionado con la monopolización de recursos y el comportamiento de búsqueda de estatus: los ganadores defenderían el estatus y los perdedores intentarían recuperarlo”, finaliza.

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