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Oriana Figueroa analiza la imprudencia vial en cruces ferroviarios para Las Últimas Noticias

En medio de la preocupación por conductores imprudentes en cruces ferroviarios, la doctora en Ciencias de la Complejidad Social e investigadora de la Universidad del Desarrollo, Oriana Figueroa, destaca la influencia de la percepción del riesgo y la vida moderna en estas conductas, mientras se debaten posibles soluciones para aumentar la seguridad.

Lee el artículo de Las Últimas Noticias aquí abajo.

La Empresa de Ferrocarriles del Estado (EFE) liberó una serie de imágenes donde se aprecia la imprudencia de conductores al momento de enfrentar un cruce ferroviario.

Los registros, captados en 2022 y 2023, se conocen a días del choque de una micro con un Biotrén en San Pedro de la Paz, hecho que provocó la muerte de siete personas.Según explicaron desde EFE Sur, en los últimos 24 meses contabilizan 926 daños en cruces de las líneas 1 y 2 del Biotrén y del Corto Laja, los que han afectado la infraestructura ferroviaria.

Se trata principalmente de la destrucción de barreras de seguridad.“Hemos decidido entregar públicamente varias horas de grabaciones de las cámaras de seguridad que tenemos en los cruces ferroviarios y que permiten graficar con claridad de lo que estamos hablando.

El objetivo de ello es mostrar que las personas no respetan las normativas y para eso no hay medida de seguridad que funcione”, dijo Nelson Hernández, gerente general de EFE Sur.La empresa detalló que los cruces ferroviarios con más incidentes reportados son Escuadrón (Coronel), con 128; Gaete (Talcahuano), con 120; y San Francisco (Coronel), con 96.

Durante el 2022, explicaron, los camiones fueron responsables del 63% de los incidentes en los cruces ferroviarios.A Ariel López, ingeniero en transporte y miembro del Instituto Ferroviario, no le llaman la atención las cifras.

Cuenta que, manejando en Concepción, vivió en carne propia la presión que ejercen otros conductores para apurar el paso en cruces ferroviarios.“Estuve trabajando en la población Pedro de Valdivia bajo y gente que buscaba acortar camino por dentro de la población tenía que cruzar una línea del tren.

En los momentos previos o posteriores al cierre y apertura de barreras, los automovilistas y micreros presionaban a los que estaban detenidos en primera línea para que cruzaran”, recuerda.López cuenta que le tocó estar “varias veces detenido en esa situación y los vehículos de atrás presionaban a avanzar”.

En ese tipo de situaciones, explica, “se combina la presión del tiempo y la presión social, donde los apurados empujan a otros a cometer actos que los ponen en peligro”.El ingeniero cree que hay una serie de factores que se conjugan para que los conductores no respeten los cruces ferroviarios y, de esta manera, expongan su vida y la de los demás.

“Cuando son comportamientos generalizados, como en Concepción, los conductores se acostumbran a cruzar vías férreas sin incidentes.

Esto puede llevarlos a subestimar el peligro, ya que piensan que como siempre han cruzado sin problemas, no hay riesgo real.

Imaginan que es una situación normal y segura”, dice.¿Eso los hace confiarse? “Algunos conductores tienen una creencia excesivamente optimista de sus propias habilidades y su capacidad para evitar peligros.

Piensan que pueden cruzar las vías rápidamente antes de que llegue el tren, incluso si las señales indican lo contrario.

Sobreestiman su capacidad para reaccionar a tiempo”.Pero las personas nos equivocamos.

“La presión de llegar a tiempo a sus destinos puede llevarlos a tomar riesgos innecesarios, como cruzar las vías sin respetar las señales de advertencia.

Algunos conductores simplemente no comprenden el riesgo asociado con los cruces ferroviarios.

Subestiman la velocidad y el peso de los trenes, así como la distancia necesaria para detener su vehículo en caso de emergencia”.La sicóloga Oriana Figueroa es doctora en Ciencias de la Complejidad Social e investigadora de la Universidad del Desarrollo.

Ella plantea que la imprudencia al volante se puede explicar por la mala educación y convivencia vial, pero cree que también hay otro factor.

“Existen personas que son menos aversas al riesgo, lo que les hace tener una menor percepción de los peligros a los que se exponen por hacer este tipo de maniobras.

Es decir, a la hora de hacer el cálculo de si pasar o no con luz amarilla estiman que es mejor pasar antes que frenar, por ejemplo”.Para Figueroa, andar apurados le parece “que es parte de lo que se vive en la vida moderna, donde vivimos haciendo muchas cosas a la vez, con altos niveles de estrés.

En ciudades grandes, también pasa que las personas deben invertir a veces mucho tiempo en traslados, lo que también contribuye a ver comportamientos imprudentes en la calle”.Ariel López cree que es esencial que las autoridades “aumenten la concienciación pública sobre los peligros de los cruces ferroviarios, refuercen la educación en seguridad vial y apliquen sanciones fuertes por violaciones a la ley de tránsito”.Pero también plantea otra medida para aumentar la seguridad en los cruces ferroviarios: la incorporación de las llamadas “planchas rusas”.“Es una solución simple y barata que se usa en los cruces ferroviarios de Rusia.

Son unas placas que se levantan mecánicamente desde el piso.

Es una tecnología súper rudimentaria y barata que en Rusia les ha dado muy buenos resultados.

El vehículo no cruza porque chocaría con esa plancha”, explica.