Hero Image

Noticias

Mauricio Apablaza en El Mercurio con estudio CIPEM sobre baja de ingresos en hogares de adultos mayores

El proceso de envejecimiento que experimenta Chile está generando un cambio profundo no solo en la estructura demográfica del país, sino que también en la situación socioeconómica de toda la sociedad, afectando de manera directa a los hogares compuestos por personas mayores (60 años o más).

Esto queda en evidencia en el estudio elaborado por el Cipem (programa de Conocimiento e Investigación en Personas Mayores), de la UDD y Caja Los Héroes, donde se da cuenta de que los hogares conformados solo por personas mayores han experimentado una disminución de los ingresos promedio por trabajo, pasando de $300 mil en 2017 a $250 mil en 2022 (ver infografía).

Mauricio Apablaza, director de Investigación de la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo, comenta que esta situación se debe principalmente a una reducción en la tasa de ocupación en el mercado laboral de este segmento.

“Sumado a la lenta recuperación del empleo con altos niveles de informalidad en un contexto inflacionario, la disminución en el número de horas habituales (41,1 horas prepandemia a 38 horas pospandemia) explica en gran parte la caída en los salarios reales de las personas mayores”.

Esta situación se vuelve aún más crítica en los hogares donde vive una persona mayor sola, en que se observa una disminución en los ingresos promedio por el trabajo de $194 mil en 2017 a $178 mil en 2022.

Octavio Vergara, ex director nacional del Servicio Nacional del Adulto Mayor (Senama y socio de CoMov, comenta que parte de este fenómeno “sin duda tuvo que ver con el efecto pandemia en la generación de ingresos provenientes del trabajo para este segmento de la población.

En particular los que fueron generados por el trabajo informal, donde la tasa de informalidad en personas mayores de 65 años llegó a bordear incluso el 52% en dicho período”, dice.

“Para el ejercicio, todos los ingresos del año 2017 —levantados de la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen)— fueron corregidos por el IPC reportado por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) con el objetivo de poder hacer la comparación a valor de la Casen 2022”, detalla Apablaza.

Reducción de pobreza

Otro de los indicadores que midió el informe del Cipem fue la pobreza, el que en 2017 señalaba que los hogares compuestos solo por personas mayores presentaban un nivel de pobreza por ingreso del 3,7%, el cual disminuyó en 2022 a 2,6%.

Apablaza comenta que, pese a que los ingresos por concepto de trabajo disminuyeron en los últimos años a valor presente, se pudo observar un gran aumento en las entradas por concepto de subsidio, principalmente por los beneficios entregados por el Estado en la pandemia.

Estas ayudas, comparado con 2017, aumentaron incluso a más del doble en algunos tipos de hogares, lo cual tuvo un impacto en la disminución de la pobreza por ingresos a nivel de hogares.

Respecto a las zonas geográficas, las regiones que concentran los mayores niveles de pobreza por ingreso en personas mayores, para hogares compuestos solo por personas mayores o mixtos, son: Maule, Ñuble y Araucanía.

Esto se explica —señalan los expertos— por la alta ruralidad, dificultad en el acceso a servicios, falta de fuentes laborales formales, y de políticas públicas eficaces para dichas realidades regionales, entre otros.

No obstante, Vergara destaca que lo importante es entender el comportamiento que tuvo la pobreza dimensional durante dicho período, que si bien baja, no lo hace en la misma línea que la de por ingresos.

“Esto se explica en parte por las determinantes que componen dicha pobreza, en donde hubo un aumento en materia de atención en salud (de un 4,6% a un 5,8%), entorno (de 16,7% a 19,1%) y trato igualitario (de un 8,9% a un 12,4%)”, dice.

Según cifras oficiales, a junio de este año las personas mayores representan el 18,1% del total de la población, unos 3,7 millones de habitantes, y se estima que para 2050 este número incremente al 32,1%, cerca de 7 millones de adultos de 60 y más años.