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Trabajando su Retiro: Adultos mayores en situación de pobreza aumentaron casi 38% entre 2017 y 2021

El porcentaje de adultos mayores pobres en Chile es de 5,6% de la población nacional, cifra equivalente a poco más de 214 mil personas, de acuerdo con un informe elaborado por el programa Cipem.

Al aumento de las expectativas de vida, las bajas pensiones y la escasez de oportunidades laborales, el año pasado se sumó un nuevo ingrediente: la pandemia. Todos estos factores han impactado de una u otra forma al segmento de la tercera edad, quienes sobre todo desde 2020 a la fecha han tenido que sortear un complejo panorama.

Una realidad que aborda el programa Cipem (de Conocimiento e Investigación en Personas Mayores), de la Universidad del Desarrollo y Caja Los Héroes, en un reciente estudio sobre la situación sociodemográfica de este segmento etario (60 años o más) según las últimas dos Casen, donde se evidenció un alarmante aumento en la pobreza de 37,7% entre 2017 y 2021, pasando de unos 155 mil a poco más de 214 mil seniors en situación de vulnerabilidad, lo que representa, a su vez, el 5,6% de la población de Chile (ver infografía).

El director de Investigación de la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo, Mauricio Apablaza, explica que los cálculos de pobreza tienen directa relación con los ingresos que perciben, ya sea mediante trabajos formales, informales o pensiones. Además, precisa que del total de quienes viven en ese contexto de penuria, 33,5% son pobres extremos y 66,5% son considerados pobres no extremos en nivel de ingreso.

Por distribución geográfica, Apablaza indica que La Araucanía (8,7%), Maule (7,1%), Ñuble y Los Ríos (ambos con 6,8%) son las regiones que poseen una mayor concentración de esta población en situación de pobreza.

“Evidenciar que las situaciones son distintas en regiones permite dar cuenta de que tomar políticas centralizadas va a llevar a algo problemático, dado que no son correctas respecto a las distintas realidades regionales”, asegura.

Es ahí la gran preocupación que se plantea por parte de los expertos, sobre cómo se proyectan las dificultades que actualmente aquejan a este grupo etario, ya que la baja natalidad y el aumento en la esperanza de vida son algunos de los factores que sostienen la tendencia de un mayor número de seniors, cambiando no solo la estructura social que se tiene actualmente en el país, sino que también la productiva. “Es por eso que el tema de atajar la pobreza y potenciar el desarrollo de una mejor vejez debe ponerse rápidamente en el centro de la discusión”.

Caída del empleo

Asimismo, el informe da cuenta de que los hogares compuestos solo por adultos mayores poseen un menor ingreso respecto de los otros, ya sea en el promedio o la mediana. Es así como el 50% de este grupo etario posee entradas económicas mensuales de $806 mil en el caso del primer indicador y de $581 mil en el segundo.

Por otro lado, mayo, junio y julio de 2020 fueron los meses más críticos de la pandemia, ya que los niveles de empleo para los adultos mayores cayeron de manera importante, afectando directamente en sus ingresos percibidos y, por consiguiente, en su pobreza.

David Allendes, socio fundador de la plataforma laboral ServiSenior, afirma que “la constante falta en las oportunidades formales para este segmento, sumada a que en la pandemia no podían realizar los trabajos que anteriormente desempeñaban de manera flexible, efectivamente trajo consigo una pérdida de ingresos, sobre todo entendiendo que fueron las personas con mayor riesgo de contagio de covid-19 y, por ende, las con mayor miedo a retomar las actividades de manera presencial”.

Por su parte, María Paz Carvajal, socia de 60 y Más Consultores, dice que sectores como turismo, servicios y retail eran las fuentes laborales donde este segmento se concentraba, siendo estas las más afectadas por la pandemia y la paralización de operaciones.

“No podemos olvidar que muchas personas mayores en Chile ya estaban viviendo una situación de vulnerabilidad económica y la pandemia solo agudizó el problema. Quienes trabajaban de manera independiente o informal se vieron muy impactados, y para varios incluso desde antes del covid-19, pues el estallido social ya había generado efectos en varios sectores de la economía”, explica Carvajal.

Preocupante fue la situación vivida, agrega Apablaza, ya que con los bajos ingresos percibidos y los altos costos de vida que tiene la tercera edad, cualquier cambio o modificación en su presupuesto puede arrastrarlos a la pobreza: “Lo que más nos sorprende y alarma es que la recuperación de empleos está caracterizada principalmente por trabajos informales, los cuales —si bien generan ingresos permitiendo salvar de la pobreza extrema— tienen consecuencias de mediano y largo plazo que son relevantes y que tienen que ver con la seguridad social, previsional y laboral”.