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Personas mayores son el ejemplo de salir adelante con emprendimientos

De acuerdo con el último informe del programa de Conocimiento e Investigación en Personas Mayores (Cipem), de Caja de Compensación Los Héroes y de la Universidad del Desarrollo, las personas mayores de 65 años de edad son doblemente emprendedoras que el resto de la población. En detalle, son al menos 405 mil los adultos mayores del país que se encuentran ocupados, representando un 17,9% del subgrupo y un 5,1% del total de trabajadores.

Otro dato sumamente importante tiene que ver con las motivaciones que lleva a este grupo de personas a trabajar. Primero se encuentra la necesidad, seguida por la oportunidad y, en último lugar, la tradición familiar.

A propósito de estas cifras, el presidente de la Confederación Nacional de Uniones Comunales de Personas Mayores, Eleazar Vargas, indicó que es un estudio muy decidor acerca de la realidad que se vive en todo Chile. «Las personas que emprenden lo hacen simplemente a raíz de las bajas pensiones. Esa es la base. De hecho, quien está ad portas de pensionarse, comienza a pensar desde antes en qué hará más adelante, cuando la sociedad nos excluya de la actividad normal», sostuvo el penquista.

Pero eso no es todo. El propio Vargas interpreta que el adulto mayor, como persona, tiene cualidades que de pronto se han ido perdiendo en la población más joven. «Las personas mayores buscamos emprendimientos donde, por lo demás, nos va muy bien. Y es que, primero que nada, somos muy responsables y atentos. Esa es la visión que más o menos yo tengo. Además, es una platita adicional que nunca viene mal», describió el timonel.

Buscan actividad

En línea con la opinión de Vargas, desde la Unión Comunal del Adulto Mayor en Concepción, entienden que estos datos asoman principalmente porque queda mucha experiencia para entregar. «Esto pasa porque siempre hemos sido una generación de gente muy trabajadora y apegada a las reglas laborales, sin desmerecer a lo de hoy, pero fue muy diferente. Por así decirlo, lo llevamos en el ADN», comentó Ana Hernández, presidenta de la agrupación penquista.

Bajo esa lógica, la encargada siente que, independiente de que las pensiones actuales son muy bajas, hay muchos que todavía se animan a emprender con los riesgos propios que eso conlleva. «A los 60 años en la mujer y 65 en los hombres, te quedas con mucho conocimiento sin tener cómo entregarlo. Eso te lleva a ver qué se puede hacer. Lamentablemente, para el empleador no es conveniente contratar a alguien de esta edad por el tema salud, sin embargo, tenemos a varios adultos mayores muy lúcidos y que tienen mucha sabiduría», cerró.