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La batalla por el control de la UDI Lo que se juega el partido en su elección interna

Queda poco más de una semana para las elecciones de la UDI, a las que se espera que lleguen unos 10 mil militantes en una de las disputas -esta vez entre el diputado Javier Macaya y el exministro Víctor Pérez- que más atención han generado en los últimos años en el partido.

La irrupción inicial de Pablo Longueira, su frustrado intento por postular a la presidencia de la colectividad, el surgimiento de Pérez en su reemplazo y la decisión de la diputada María José Hoffmann de ceder su intención a Macaya han marcado la contienda, fijada para el 12 de diciembre. Esto, además de la presencia de las dos figuras presidenciales de la UDI, Evelyn Matthei y Joaquín Lavín, quienes se han reunido en los últimos días con algunos de los bandos en disputa, pero de quienes en el gremialismo esperan que mantengan neutralidad.

¿Pero cuál es la importancia que tienen estos comicios y qué es lo que está en juego? Analistas políticos y parlamentarios del partido explican los factores y los elementos que transforman esta disputa en una elección clave para el futuro de la UDI, especialmente considerando los desafíos electorales que vienen.

La prueba de fuego para la generación del recambio

Hace ya unas elecciones atrás que la generación más joven de la UDI, la que era la apuesta de renovación del partido, ha intentado ponerse a la cabeza. La dificultad en conseguir ese objetivo se ha vuelto una tónica para el grupo representado, entre otros, por Macaya, Hoffmann, el diputado Juan Antonio Coloma, los hoy ministros Jaime Bellolio y Felipe Ward, y el exdiputado Ernesto Silva. Si bien este último lideró la UDI entre mayo de 2014 y marzo de 2015, no completó su período y terminó renunciando en medio de la crisis por el caso Penta, siendo reemplazado de manera interina por Macaya. Después saldría electo Hernán Larraín. Y en las últimas dos contiendas ha triunfado Jacqueline van Rysselberghe.

En ese contexto, la próxima elección es una prueba de fuego para esa generación. El analista político y vicedecano de la Facultad de Gobierno de la UDD, Rodrigo Arellano, dice que «para la UDI y para esta generación es la última buena posibilidad de generar un proyecto de carácter popular y de centroderecha». A su juicio, «es el minuto adecuado para que la generación del recambio pueda tomar las riendas de la UDI».

La lista de Macaya está conformada por Hoffmann, la exministra Isabel Plá, los diputados Gustavo Sanhueza y Nicolás Noman, y el alcalde de La Reina, José Manuel Palacios; mientras que la de Pérez tiene a Van Rysselberghe, al senador Claudio Alvarado, la exalcaldesa Sol Letelier y al diputado Ramón Barros, entre otros. «En esta oportunidad, la lista de Macaya tiene más chance que la vez anterior. Se mantiene su fuerza, incorporó a Hoffmann, que tiene bastante alineados a los diputados, alcaldes, y no veo esa fuerza en el otro lado. Hay un error al haber incorporado a la actual presidenta en la otra lista, porque le da una señal de continuidad», agrega Arellano.

El relato y el proceso constituyente

El también analista y abogado Gonzalo Cordero sostiene, asimismo, que «veo que la lista de Víctor Pérez transmite más continuidad en el estilo de conducción de la UDI, y la de Javier Macaya significa un cambio hacia un perfil más renovado y postransición».

En ese sentido, el factor generacional no es el único en juego, sino que también el relato del partido para los próximos años, lo que estará marcado principalmente por el rol que juegue en medio del proceso constituyente.

Para el académico y analista político Carlos Correa, que la UDI no haya tomado en consideración el discurso propuesto por Longueira fue un error de la colectividad. «Lo que él decía respecto de cómo enfrentar el plebiscito era razonable, pero no lo tomaron en cuenta. El diagnóstico de Longueira y su discurso de apostar por cambios acotados y no una hoja en blanco era correcto», dice, junto con señalar que Macaya y Pérez debieran tomar nota del planteamiento que hizo Longueira. «Fue un profeta incomprendido en su tierra», dice.

Desde la UDI, el diputado Jorge Alessandri señala que «al partido generalmente lo han dirigido parlamentarios de Santiago, por lo que Macaya -que es diputado por la Región de O’Higgins-, a mi juicio, está mejor preparado para estos años complicados que vienen, y ha demostrado ser moderado, que llega a acuerdos y defiende principios».

Por su parte, el diputado Juan Manuel Fuenzalida, que apuesta por Pérez, apela a que el exministro del Interior tiene más experiencia. «Fue un diputado que se centró en las fiscalizaciones, después como senador fue impulsor de cosas importantes, pero la diferencia está en una mayor experiencia de Víctor, quien llegó a ser ministro del Interior, y por eso tiene una ventaja respecto de los más jóvenes», comenta.

¿Incide el gobierno?

Otro de los factores que cruzan esta elección es la relación con el gobierno. El diputado Alessandri dice que ese es un elemento importante en la contienda UDI. «Nosotros somos colegisladores, todo el trabajo es con el gobierno. Y si bien los dos pueden hacer eso bastante bien, Macaya ha dado pruebas de su liderazgo», señala, aunque algunos analistas advierten que esto carece de relevancia, sobre todo considerando el poco tiempo que le queda al mandato del Presidente Piñera.

«El gobierno va a ser un factor poco relevante en esta elección. Desde la UDI dijeron que iban a actuar de otra forma con el gobierno. En otra ocasión el rol de este y de Piñera podrían haber incidido, pero hoy, con el nivel de aprobación que tiene y el nivel de conflicto con sus partidos por mala comunicación entre ambos, creo que es irrelevante», señala Arellano, mientras que Cordero sostiene que «tal vez si estuviéramos en el segundo año de gobierno diría que sí, pero yo creo que el equipo de Javier es un equipo relativamente más independiente».