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El exigente test que espera a las encuestas en octubre – El Mercurio

Los plebiscitos son de difícil pronóstico, y así lo reconocen las firmas que miden las preferencias por anticipado. ¿Cuánto pueden variar sus escenarios previstos en los próximos 42 días?

La crisis sanitaria mantiene un escenario incierto respecto de lo que ocurrirá en el plebiscito constitucional de octubre. Al menos cuatro o cinco encuestas han sondeado permanentemente la percepción de la ciudadanía respecto a esos comicios, y todas dan por ganadora a la opción Apruebo, y con cifras que van desde el 70% hasta incluso un 89%. Mientras, el Rechazo bordea apenas el 20%.

Pero la historia ha demostrado que los plebiscitos son de difícil pronóstico y las encuestas han sido las grandes derrotadas en los últimos años.

Pasó el 2016 en Colombia, cuando sorpresivamente los cómputos del referéndum sobre el acuerdo del gobierno con las FARC fueron contrarios a lo que señalaban estas mediciones, que hasta el último momento dieron como vencedora —y con gran diferencia— la opción a favor del acuerdo. También pasó en el Reino Unido, luego del plebiscito histórico en que se impuso la opción de dejar la Unión Europea, pese a que las encuestas daban por ganadora la idea de permanecer en el bloque.

El fin de semana pasado, dos encuestas llegaron a desordenar las estimaciones para el plebiscito chileno. Un sondeo de la empresa StatKnows detectó las intenciones de voto de aquellas personas con disposición a ir a sufragar, y como resultado señala que un 55,4% de los consultados se inclinaría a favor del Apruebo, superando con una diferencia de solo 12,3 puntos porcentuales a la opción Rechazo, que alcanzó un 43,09%. Esto significaría, según la misma empresa, un aumento considerable de quienes estarían por esta segunda opción, en comparación con la misma medición realizada en marzo, en la que un 34,72% decía estar por el Rechazo.

Por otro lado, un sondeo encargado a la agencia de publicidad argentina, Numen, también señala que las cifras de Apruebo y Rechazo se estrechan: proyecta un 59,9% para el Apruebo y 40,1% para el Rechazo, entre quienes irían a votar. Sin embargo, del total de consultados (18.318 casos), un 40% se declaró a favor del Apruebo y un 45,5% a favor del Rechazo.

Desde la Asociación de Investigadores de Mercado y Opinión Pública (AIM) —organización gremial que agrupa actualmente a 20 de las principales empresas del sector— salieron a criticar la aparición de estos sondeos de opinión, que a su juicio, además de mostrar cifras contradictorias a las ya conocidas, no cumplirían con los estándares metodológicos y éticos para asegurar la calidad del trabajo. Por ejemplo, plantean reparos al uso de StatKnows de “inteligencia artificial aplicada”.

“El uso de tecnología avanzada es compatible con hacer estudios de percepción estadísticamente rigurosos y con altos estándares éticos y metodológicos. Logramos esta compatibilidad, y es lo que nos permite hacer estudios, en Chile y en el extranjero, para clientes multisectoriales, incluidos crecientemente la academia y organismos internacionales”, dice para defender sus cifras José Antonio Ruette, ingeniero estadístico de StatKnows. Desde la empresa, además, recuerdan la medición que hicieron en 2017, días previos a la segunda vuelta de la elección presidencial entre Sebastián Piñera y Alejandro Guillier, en que sus resultados tuvieron una diferencia de 0,12 puntos porcentuales respecto de los resultados oficiales del Servel.

A casi un mes y medio de la consulta nacional, todo el escenario puede cambiar y las empresas de medición son las primeras en advertirlo. “Tenemos una historia larga en que los sondeos de opinión se han equivocado respecto a los pronósticos”, dice el director de Feedback, Juan Pardo. “Todos nuestros métodos están en constante revisión. En el caso de las elecciones presidenciales pasadas, ciertas metodologías se cayeron y mostraron errores bien profundos. Los métodos hay que ir perfeccionándolos. Esto cambia, lo importante es la transparencia y el rigor metodológico disponible”, agrega el presidente de la AIM, Andrés Varas.

¿Qué podemos esperar entonces de los números para octubre?

Factor participación

“La gran incertidumbre en este plebiscito es quién va a ir a votar y quién no. El problema es que se mezclan cuestiones políticas con cuestiones de miedo a enfermarse. Eso hace muy poco fiable cualquier encuesta que salga hoy”, plantea el expresidente ejecutivo de Adimark y académico de la Facultad de Gobierno de la Universidad Católica, Roberto Méndez.

Algo en que concuerdan las distintas empresas de medición, que insisten en que el resultado del Apruebo y el Rechazo va a depender principalmente del nivel de participación. “Aquí hay una variable que es la que efectivamente te cuesta predecir: cuánta gente va a votar y cuál es el perfil de los votantes. Al final, el vaticinio tiene que ver con eso”, comenta Varas.

Según el último estudio de Activa Research, realizado en la segunda quincena de agosto, hoy votaría entre un 52% y 57% de la población. Aún así, desde las empresas plantean que independiente de la cantidad de participantes en octubre, la tendencia es clara —y muy alta— a favor de una nueva Constitución.

“Si vota menos gente, porque se asusta por la pandemia, puede haber otros movimientos. Pero las energías están muy puestas en el Apruebo, por lo tanto tendría que pasar algo muy excepcional para que la gente se restara de participar de manera importante, y tendieran a participar aquellos que van por temor al cambio. Eso supondría escenarios de violencia extrema, de una pandemia desatada”, piensa el director de Criteria, Cristián Valdivieso.

“Si la participación es masiva, como se veía que iba a ser en el plebiscito de abril, antes de la pandemia, los resultados deberían tender a parecerse más bien a la opinión pública en general y, por lo tanto, más cercano al 70% y 80% por el Apruebo. Si la participación tiende a la baja, lo que hemos visto es que ni el Apruebo ni el Rechazo se han visto beneficiados”, dice el gerente de Asuntos Públicos de Cadem, Roberto Izikson. “Finalmente, vamos a tener un plebiscito con más participación que en las últimas elecciones y la cantidad de votos que va a tener el Apruebo va a ser muy alta”, agrega.

Sin embargo, el decano de la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo, Eugenio Guzmán, es más cauto: “Me cuesta creer que sea una votación con una gran participación, sobre todo en una población cansada y con temor a contagiarse”.

¿Voto oculto?

Otro factor que podría intervenir en la brecha entre el Apruebo y el Rechazo es el llamado voto oculto. Es decir, que ciertas personas declaren que votarán por la opción que se ve mayoritaria, en este caso Apruebo, pero en realidad votarán por la alternativa contraria.

Según Izikson, los plebiscitos, en general, han mostrado esta “espiral del silencio”. Sin embargo, comenta que han hecho ejercicios para identificar su existencia, “y la verdad es que no lo encontramos”. Lo mismo plantea Juan Pardo, de Feedback: “No hay ningún estudio concluyente que te diga que un voto oculto se va a inclinar hacia un lado o no. Ese mismo voto oculto podría inclinarse por la opción mayoritaria”.

Desde Criteria, Valdivieso plantea que “siempre hay minorías silenciosas, pero estas operan en escenarios donde la alternativa que va a la baja tiene un valor relevante. Y en este caso ese valor sería el miedo al cambio. Y ese miedo no está instalado todavía transversalmente. No hay una variable en el ambiente que tú puedas interpretar como que está incidiendo en que la gente no quiera decir que va a votar Rechazo”.

Sin embargo, desde Numen hacen un análisis diferente: “En el mundo no hay encuesta que sea certera, porque la gente miente. El voto oculto aquí está presente por miedo a decir que se vota Rechazo o porque creen que van a perder”, dice el CEO Fernando Cerimedo.

Las proyecciones

“Es muy difícil hacer predicciones y el escenario está muy incierto. Donde no veo contradicciones es en términos de dónde están las expectativas de la población. La gente en general está más conectada, por lo que uno ve en distintas encuestas, con la energía del Apruebo”, plantea el director de Criteria respecto a lo que pueda ocurrir el próximo mes. “Además, las predicciones se basan en el pasado para proyectar el futuro. En el pasado electoral reciente no existe respecto de un plebiscito en Chile”, agrega.

Algunos de los expertos consultados concuerdan en que en el mes y medio que queda para el plebiscito pueden pasar muchas cosas, y que, por lo tanto, los números pueden cambiar. Sin embargo, ven poco probable que la tendencia hacia el Rechazo crezca considerablemente. “Sabemos, producto de la última experiencia de la elección presidencial, que los resultados tienden a cambiar en los últimos quince días por efecto de las campañas. Pero eso no significa que vaya a cambiar la tendencia de forma radical. Lo que sí pasa es que se mueven en los márgenes 5 o 6 puntos”, dice Izikson. Pardo, en cambio, es un poco más arriesgado: “Me parece que no hay mucho margen de estar tan errado en las proyecciones”. En ese sentido, argumenta que todos los partidos de oposición están a favor de una nueva Carta Magna, y en el oficialismo hay un sector importante que también se inclina por esta alternativa. “Entonces, es una cuestión de matemática simple. Sobre 40% del Rechazo lo veo muy poco probable”, dice.

Quien sí cree que las cifras pueden cambiar enormemente es el CEO de la empresa Numen, Fernando Cerimedo: “Estoy seguro de que el resultado de Chile va a ser más impactante que lo que pasó en Colombia y en el Brexit. No sé si ganará el Rechazo, pero la brecha será muy corta y eso va a ser complicado”. Desde Statknows marcan también un punto: la determinación de los indecisos. “Nuestras encuestas reflejan que, entre marzo y agosto, se mantuvo estable la intención de voto por la opción Apruebo. En cambio, bajó fuertemente la indecisión y esta baja se ve acompañada de un incremento de intenciones de voto por el Rechazo”, dice Ruette.

En Activa Research, el director Ramón Cavieres plantea que el pronóstico irá variando en la medida que nos acerquemos a la fecha de votación real, cuando la gente se sintonice más con el plebiscito. “Activa dará un último pronóstico el 10 de octubre, de acuerdo a lo que nos permite la ley, en cuanto a divulgación de pronósticos electorales, que deben ser hasta quince días antes de la elección”, anticipa.

Hasta ahora, el escenario para el 25 de octubre se ve altamente inclinado hacia el Apruebo. ¿Se repetirá la historia de las elecciones pasadas? “Uno podrá encontrarse con sorpresas al final del camino, en cuanto a las magnitudes, probablemente”, dice Varas, mientras que Izikson aclara: “Lo que sabemos es que va a ganar el Apruebo, la pregunta es por cuánto”.

Algo en que concuerdan las distintas empresas de medición, es en que la brecha entre el Apruebo y el Rechazo va a depender principalmente del nivel de participación.