La reapertura de los lugares como cines y teatros despertó un mayor desacuerdo entre los consultados. Permitir el uso de espacios abiertos concitó más respaldo.
De la suma de cosas que la ciudadanía ha debido aprender ante la pandemia —como el correcto lavado de manos, el uso de mascarillas y el distanciamiento social—, una idea parece haber calado hondo: los lugares cerrados son un ambiente propicio para el contagio y, por lo tanto, conviene evitarlos.
Esta es una de las formas en que se podrían interpretar los datos que arroja la encuesta que realizó el Panel Ciudadano de la U. del Desarrollo, entre martes y miércoles de la semana pasada. Un total de 1.005 personas de la Región Metropolitana respondieron el sondeo, enfocado en sus opiniones ante la opción de retomar ciertas actividades o reabrir determinados lugares.
Un 62% se mostró en contra de que cines y teatros puedan funcionar, incluso con un aforo limitado (ver infografía). En el caso de restaurantes y cafés, el rechazo no fue mayoritario, pero quedó evidenciada la preocupación de un grupo no menor (46%) que no cree que sea conveniente reabrir estos locales.
El decano de la Facultad de Gobierno de la UDD, Eugenio Guzmán, resalta que entre los más jóvenes (18 a 30 años) se observó un 52% de desacuerdo. “El mensaje instalado hoy en día es que las reuniones en espacios cerrados son el principal vehículo de transmisión y por eso hay mayor resistencia. Ahora, lo que a mí me sorprende es el caso de los jóvenes: probablemente, están teniendo un comportamiento más que pensando en ellos, pensando en el resto”, señala.
La reacción fue muy distinta al preguntar por el uso de áreas abiertas, como los parques urbanos: un 58% respaldó esta alternativa. En este caso, el apoyo fue aún mayor en las personas de 30 a 40 años, y mayores. Según el académico, esto podría vincularse al valor que estos espacios tiene para las familias con hijos.
Otra opción que generó un alto acuerdo fue la de que empresas que cumplan con las condiciones sanitarias puedan retornar al trabajo. Un 73% respondió de modo favorable, lo que a juicio de Guzmán tiene relación con varios elementos. Por un lado, una cierta añoranza de socialización: “El mundo del trabajo es un mundo en sí mismo (…). Existe un deseo de estar con esos grupos de referencia, con los compañeros”.
Y por otro lado, apunta, otra hipótesis se vincula directamente a la situación económica compleja que atraviesa el país. “(Puede haber) cierto temor de que mayores restricciones obviamente pueden implicar mayores riesgos de desempleo”.
El experto plantea que estas posturas, más dadas a las actividades recreativas en lugares abiertos, pueden dar “mayores esperanzas” sobre la responsabilidad de la ciudadanía.
“Se ha publicitado bastante bien y condenado con bastante fuerza cuando han habido casos, por ejemplo, de personas que asisten a fiestas y que han arriesgado a un grupo importante de la población”, acota al respecto. Con todo, advierte que no se deben perder de vista las cifras de movilidad, que muestran aún altos flujos en algunas zonas. “Hay que ver cómo va a ser el comportamiento de la epidemia y lo que está ocurriendo en otros países son los rebrotes”, señala.
