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Los dilemas que enfrenta Piñera frente al plebiscito – El Mercurio

A 70 días del plebiscito, un intenso debate se ha desatado en privado entre los ministros de Piñera sobre cómo posicionarse frente al proceso electoral. Aquellos miembros del gabinete que están por el Rechazo buscan que el Gobierno emita señales claras en favor de esa postura, asegurando que sería la única manera de aumentar el apoyo a esa alternativa. Mientras que los del Apruebo insisten en que sería una “derrota histórica” si el Rechazo solo alcanza un 30%, número que indican las encuestas como el más probable de alcanzar hasta hoy. En lo que habría coincidencia es en que la neutralidad total se debe terminar.

Es sabido que al Presidente no le gusta perder, y que según sus cercanos le gusta poner las fichas donde va a ganar. Tanto es así, que en su círculo sacan a colación lo que sucedía cuando compartían algún clásico del fútbol, donde era capaz de celebrar el gol del equipo contrincante. “No quería mostrarse perdedor”, dice un miembro del círculo del Presidente. En una situación parecida, hoy se encuentra el Mandatario. Su postura frente a este plebiscito aún no es pública y se discute si en algún momento llegará a serlo. El viernes, sin agregar comentario alguno, envió al grupo de whatsapp de su gabinete el discurso que pronunció el 23 de diciembre pasado para la promulgación de la reforma Constitucional. En esa ocasión, el mandatario aprovechó de manifestar algunos contenidos que consideraba necesarios que estuvieran en una nueva Constitución y causó sorpresa en un sector de la derecha cuando al referirse a la evolución constitucional de Chile, aludió a la mayoría de los textos que nos han regido, sin expresar referencia alguna a la Carta del 80, precisamente aquella que se busca reemplazar a través de este proceso.

A 70 días del plebiscito con que este se inicia, las encuestas no reflejan un mayor cambio respecto de las opciones Apruebo y Rechazo desde que el acto plebiscitario fue anunciado. El Rechazo estaría en estos momentos, según los sondeos a los que han tenido acceso personeros de Palacio, algo por encima del 25% y el Presidente, al menos públicamente, no ha mostrado inclinación hacia ninguna de las dos opciones. ¿Cómo hacer para que Piñera no salga derrotado en esta pasada? ¿Cómo evitar que el Gobierno pague un alto costo después de este plebiscito? Es el tema que ha sido recurrente en las reuniones sostenidas esta semana entre los miembros del gabinete y también las que ha sostenido el Presidente con su equipo de gobierno. Pero cada ministro, según su inclinación frente al Apruebo o el Rechazo, tiene su fórmula. Dependiendo de qué posición posee cada jefe de cartera, plantean alternativas estratégicas diferentes frente a las cuales el Presidente deberá tomar una decisión.

Los tres grupos

En La Moneda actualmente hay tres posturas. La primera, ligada al entorno del jefe de asesores del segundo piso, Cristián Larroulet y del círculo del exministro del Interior, Gonzalo Blumel, apunta a que la estrategia se mantenga en términos generales tal cual está, gobernando en la neutralidad. Sin embargo, los cambios de circunstancias también han hecho ver a este grupo que sería necesario que se emitan señales en favor al Rechazo, pero siempre en el marco que permite la legalidad vigente. “Es el último tramo de la etapa compleja que va a tener que pasar el Gobierno desde el 18 de octubre, pero después va a pasar a la etapa de unidad en contenidos”, dicen fuentes cercanas a Larroulet y Blumel. Así, dicen, habría que pasar “el trago amargo”, para luego jugársela por los constituyentes. A su vez, este grupo pretende instalar, hasta el momento sin lograrlo, de que fue el Presidente Sebastián Piñera quien llamó a comenzar este proceso cuando encomendó a Blumel llegar a un acuerdo el 15 de noviembre. Pero inmediatamente los críticos a esta tesis sostienen que el plebiscito y la reforma a la Constitución fueron impuestos por el ambiente de violencia y de crisis política, y no por una propuesta surgida desde el Ejecutivo.

Mientras, los que se inclinan por el Rechazo, liderados principalmente por el ministro Andrés Allamand, pero donde también estaría el ministro del Interior, Víctor Pérez, le habrían recomendado al Presidente tomar una postura como gobierno mucho más explícita, en favor del Rechazo. Desde dicho sector, aseguran que aún no llegan ni siquiera al 30% de adhesión, ya que, a su juicio, para lograr esa cifra, es necesario que desde La Moneda se emitan señales en esa dirección. “Hoy no estamos en el 30% y esperamos llegar ahí”, dice un miembro de Palacio. Sin embargo, adherentes al Rechazo insisten en que el Apruebo va a ser un triunfo de la izquierda. “Lo único que hay que hacer es que el resultado sea lo más estrecho posible”, dicen. Pero el problema, apuntan miembros del oficialismo que están por el Apruebo, es que, con el escenario actual, el resultado podría ser aplastante para el Rechazo, dejando al Gobierno en una situación muy compleja.

Cercanos a los ministros que están por el Apruebo, como Mario Desbordes, Ignacio Briones, Karla Rubilar y Cristián Monckeberg, señalan que sacar un 30% sería un fracaso y que finalmente el resultado sería una derrota, pues el Apruebo ganaría de todas formas. Proponen, en cambio, que los gestos vayan en la dirección de la opción ganadora para luego tener capacidad de llamar a votar por los constituyentes y ser parte del proceso. Incluso, algunos aseguran que el Presidente estaría a tiempo de “salvarse”. “Si él encabeza el Apruebo, tiene una posibilidad”, dice un asesor del mandatario. Incluso desde la oposición el experto electoral y ex PPD, Pepe Auth, agrega: “El Presidente Piñera cometió un error histórico al no ponerse inmediatamente del lado de la mayoría de los chilenos y liderar él el trabajo por una nueva Constitución”.

Quienes han conversado con el Presidente por estos días señalan que se convenció de que la opción de que el plebiscito fuera 60% por el Apruebo y 40% por el Rechazo ya no es posible. No obstante, entre los grupos del Apruebo y del Rechazo sí habría coincidencia de que la prescindencia tendría que acabarse. “En algún minuto vamos a tener que ir gravitando a que los ministros muestren sus preferencias”, dice un miembro del comité político.

Factor Lavín

Quien podría irrumpir en las próximas semanas en el debate con más fuerza sería la carta presidencial de la derecha, Joaquín Lavín. Cercanos al alcalde de Las Condes sostienen que el edil no ha descartado invitar a votar por el Apruebo de manera más enfática que hasta ahora. Y ese llamado no solo sería hacia el electorado en general, sino que especialmente a los partidos de la coalición oficialista. Pues, según su entorno, el alcalde buscaría posicionarse como una cara activa de una nueva Constitución y dejar en evidencia que estuvo por esa postura. Además, dicen en su entorno, las señales de Lavín deberían emitirse pronto, ya que septiembre será un mes atravesado por las Fiestas Patrias y más tarde la atención se centrará en el aniversario del 18 de octubre. Sin embargo, a Lavín aún le faltaría conversar algo así con su partido, la UDI, la cual está cuadrada con el Rechazo, no así sectores de RN y Evópoli que ven con buenos ojos la postura del edil. Además, el alcalde ya ha mostrado diferencias con su partido en otras ocasiones, como cuando en medio del debate por el retiro del 10% de los fondos de las AFP aseguró que las medidas del Gobierno no eran suficientes, dando pie a que se validara en algunos parlamentarios del oficialismo su decisión de votar a favor de esta medida.

Otros dilemas

Pero hay además otros dilemas que no necesariamente tienen relación con los problemas políticos al interior del Gobierno y Chile Vamos, sino que están directamente relacionados con la pandemia, la crisis sanitaria y la seguridad pública. El Gobierno pretende garantizar un plebiscito seguro que cuente con altos niveles de participación y que no haya duda de que se trabajó para lograr este objetivo. Sin embargo, son varios los que apuntan a que nadie puede predecir qué va a pasar con el desarrollo del coronavirus y cuestionan que la clase política no quiera ver este factor para modificar la fecha del plebiscito, de hecho, son varios los que indican que esto influirá en la participación. Mientras los partidarios del Apruebo miran con preocupación la legitimidad de la votación según cuánta gente concurra a sufragar, desde el Rechazo saben que su grupo etario más leal, los adultos mayores, tendrían temor a exponerse al virus. Otra variable serían los hechos de violencia, tanto para el mismo día del plebiscito como semanas previas al acto plebiscitario. “La participación no puede ser menor que la elección presidencial de la segunda vuelta (49%)”, dice Eugenio Guzmán, decano de la Facultad de Gobierno de la UDD. Y la tendencia, según la encuesta Cadem, ha ido a la baja respecto a la participación. En el último sondeo de julio, la disposición a votar bajó a un 63% de los que están dispuestos a ir a sufragar. En el Rechazo, en tanto, no pierden las esperanzas de que el margen con el Apruebo sea más estrecho de lo que hoy muestran las encuestas. Y el asunto es que no hay una posición única entre los que hacen estudios de opinión. “Es difícil que el Rechazo pueda mejorar sus resultados en un contexto donde cuatro de cada diez identificados con la derecha o centroderecha están por el Apruebo. Lo que han mostrado los números es que el Rechazo se ha mantenido estable o incluso con una tendencia a la baja después de la aprobación del 10%”, dice el gerente de asuntos públicos y estudios cuantitativos en Cadem, Roberto Izikson. Mientras que Guzmán asegura que hay una variable a considerar. “Hay gente que está diciendo que va a votar a favor porque es políticamente correcto decirlo”, dice. A su vez, el plebiscito se realizará una semana después del aniversario del 18 de octubre. El ambiente de esos días podría cambiar, sumado a si van a existir actos de violencia, lo que también podría modificar el desarrollo del plebiscito.

Un gran pacto para los constituyentes

Mientras el Presidente aún baraja las opciones para ver si hace un cambio en la estrategia, hace un par de semanas el comité político está buscando la manera de “desdramatizar” las posturas al interior de Chile Vamos por el Apruebo y el Rechazo. De hecho, el propio ministro de Defensa, Mario Desbordes, dijo en entrevista con “El Mercurio” que “no creo que el plebiscito sea una medición entre el Gobierno y la oposición”. Y es que las aprensiones de muchos en el Gobierno es que el plebiscito se trate de un referéndum del gobierno de Piñera y que si el Apruebo gana por una amplia mayoría, la oposición instale que el liderazgo del Presidente se acabó. Así, en las reuniones que ha sostenido el equipo político con el Presidente se ha barajado la manera de dar señales y encuentros entre miembros del oficialismo de ambos lados, Apruebo y Rechazo, para dar una señal de que hay diferencias, pero que tras el 25 de octubre van a estar unidos. Así, dicen en Palacio, esta semana pretenden hacer una serie de reuniones que involucren a ambas posiciones de Chile Vamos. Una apuesta que, sin embargo, dependerá de los resultados de esa noche de octubre, que podría alterar los liderazgos actuales de la centroderecha.

Además, pretenden erradicar el concepto del “gabinete del Rechazo”, cuestión que la oposición instaló con mucha fuerza desde el momento que se hizo el cambio de gabinete. “Es importante mostrar que adentro del Gobierno hay distintas posturas, para no quedar encajonado en el “gobierno del Rechazo”, porque no es así, el comité político es mitad y mitad”, dice un miembro del equipo político. Otros van más allá y no pierden las esperanzas de hacer algo más profundo. “Lo más razonable sería un pacto entre Rechazo y Apruebo en Chile Vamos para ir en dirección de presentar un frente común, y exhibir nuevos y variados liderazgos”, dice un miembro del oficialismo. A su vez, en el comité político están conversando con los partidos para tener unidad en la lista de constituyentes. Por eso, han sido enfáticos en que en dicha elección se escojan los mejores candidatos, independiente de a qué partido del conglomerado pertenezca. Así, dicen, la ciudadanía vería una coalición unida y coordinada, con una idea clara de lo que quieren en la nueva Constitución, mientras que, a juicio de ellos, la oposición estaría dividida por las distintas apreciaciones que tienen a una nueva Carta Magna.

Hasta el cierre de esta edición, el Presidente continuaba reflexionando acerca de los mejores pasos a seguir y se mantenía la prescindencia frente al plebiscito de los ministros y del Gobierno en general. Sin embargo, para muchos de sus cercanos, esta estrategia, ideada y desarrollada durante el gabinete de Blumel tendría sus días contados. Los supuestos que la originaron y el ministro que la condujo han sido modificados, los primeros, y reemplazado, el segundo. El próximo 26 de agosto comienza la propaganda electoral, y para ese entonces, dicen en la coalición, estos dilemas deberían estar resueltos. “Piñera debe zafar este verdadero zapato chino”, dice un miembro del Gobierno.

¿Cómo hacer para que Piñera no salga derrotado en esta pasada? ¿Cómo evitar que el Gobierno pague un alto costo después de este plebiscito? Es el tema que ha sido recurrente en las reuniones sostenidas esta semana entre los miembros del gabinete y también las que ha sostenido el Presidente con diversos dirigentes políticos y su equipo de asesores.