Hero Image

Noticias

El crudo juicio de los analistas: se cruzó una “línea” – El Mercurio

Punto de inflexión, campanazo, una luz amarilla rojiza que se encendió el miércoles por la tarde, pero venía titilando hacía rato. No hay dos opiniones entre estos pensadores del variopinto arco de la centroderecha: los 13 parlamentarios que ‘votaron contra el Gobierno’ fueron más allá de la ‘diversidad tolerable’ y, sin corrección, los efectos irán más allá de Chile Vamos y del Gobierno.

Gonzalo Müller, director Centro de Políticas Públicas UDD

‘Es un campanazo potente y seguir mirando al techo, tolerar el coqueteo con el populismo, no va más. Es una señal de alerta muy potente del estado de la centroderecha y, especialmente, de los parlamentarios. El equipo político no supo calibrar la potencia que tenía en parlamentarios y alcaldes el cambio en la reelección. Coquetearon tanto con la idea del veto, y finalmente vieron al Presidente celebrando esta nueva norma. La misma solución económica, que era muy superior al proyecto, llegó tarde’.

—¿Entonces fue una ‘venganza’, más que diferencias ideológicas?

—Creo que sí. Es muy bueno discutir ideas, pero una coalición exitosa sólo subsiste con diversidad y unidad de acción. Con miradas distintas, había mínimos comunes y aquí se cruzaron; se votó contra el Gobierno, aunque su propuesta era muy superior, y abiertamente el populismo se instaló en una parte de Chile Vamos.

—¿Cómo se recupera la ‘unidad de propósito’?

—Hay poco affectio societatis y hay que priorizar la construcción común, ponerse de acuerdo en mínimos que integren la política y la economía, ambas son necesarias. Instalar un discurso de tolerancia cero al populismo, un atributo muy valorado por su electorado.

—Política o economía, ¿es la tensión de fondo entre las dos derechas de Chile Vamos?

—Hay varias derechas. Esa misma discusión vimos por casi 10 años en la izquierda y salieron derrotados todos los economistas de la Concertación y se impuso el voluntarismo político con coqueteo abiertamente populista. No es casualidad que los últimos tres proyectos de reformas que se han presentado tengan un solo artículo, es de manual de populismo. Proponen una solución aparente y logran apoyo popular, pero no solucionan ningún problema y pueden generar otros nuevos.

—En la centroizquierda el resultado fue el Frente Amplio, ¿cuál será en Chile Vamos?

—Hay una pequeña diferencia u oportunidad, todos en Chile Vamos siguen sintiendo que permanecer tiene más valor que estar afuera. De hecho, es la coalición mejor evaluada por la ciudadanía, con un 30%. Pero evidentemente la tensión es muy fuerte: o se revierte y se alinean, o se va a generar un quiebre, hay mucho que hacer. Vi a la izquierda celebrar una victoria ideológica y fue una derrota; una defensa ardorosa del derecho de propiedad y dudo que alguien quiera hacer solidaridad con ahorros que todo el sistema político le dijo que son solo suyos.

—¿Qué deben hacer ahora el Gobierno y los partidos?

—Requiere un esfuerzo importante del Presidente y del Gobierno; en tiempos electorales, los partidos sienten que la acción depende de sí mismos. Es muy raro que los partidos de Chile Vamos no hagan vida institucional, no se reúnan sus presidentes para pensar o discutir sus votaciones, cada uno define lo que quiere e incluso las bancadas no los respetan. Hay mucho de mirarse el ombligo en Chile Vamos y deben mirar a esta sociedad, donde los altos niveles de desconfianza dejan poco margen para equivocarse.