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Plebiscito en pausa: El escenario que se abre para el Apruebo y el Rechazo tras la modificación del calendario electoral – Emol

De acuerdo a los expertos, el cambio en la fecha de la consulta constitucional abre oportunidades y peligros para las dos opciones en juego.

Este jueves, debido a la emergencia provocada por el coronavirus en el país, los líderes de 15 partidos políticos acordaron postergar el plebiscito para el 25 de octubre de este año, poniendo en pausa el debate sobre una nueva Constitución levantado tras el 18-O.

En ese contexto, los expertos coinciden en que el aplazamiento de la fecha abre oportunidades y peligros para las dos opciones en juego, el Apruebo y el Rechazo, las cuales tendrán que modificar sus estrategias de cara a los comicios, que ahora se desarrollarán a casi exactamente un año del único de la crisis social.

Según el cientista político y académico de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, «por ahora, ninguna de las dos opciones se vería eventualmente favorecida, aunque si el Gobierno termina bien evaluado tras la crisis y se demuestra que con la institucionalidad vigente es posible enfrentar escenarios complejos, entonces los ciudadanos podrían concluir que no es necesario cambiar la Constitución».

En esa línea, destacó que «por el lado del Rechazo, la esperanza está en que el Gobierno y el país salgan airosos de la crisis, demostrando que las instituciones funcionan y que mediante esta Constitución es factible enfrentar escenarios complejos».

En tanto, «por el lado del apruebo, el argumento será el mismo de siempre pero con un añadido: Como no hay derechos sociales plenamente garantizados, siendo la salud uno de ellos, la nueva Constitución será garante de esos derechos y, específicamente, el derecho a una salud digna».

«En síntesis, los del Rechazo deberán convencer a los chilenos de que -definitivamente- entrar al proceso constituyente es un salto al vacío, sobre todo en un contexto de crisis económica, mientras que los del Apruebo deberán persistir en la idea de que el proceso traerá mejores resultados en el largo plazo», argumentó.

En tanto, el decano de la Facultad de Gobierno de la Universidad Central, Marco Moreno, señaló que «el cambio de fechas posibilita un escenario abierto. El oficialismo apuesta a que una buena gestión de la crisis sanitaria por el Gobierno podría traducirse en una mejora de su capital político».

«La oposición a su vez apuesta a que no cambien mucho la percepción ciudadana acerca de la incapacidad del gobierno y que por el contrario la crisis de la salud pública se derive del rol subsidiario del Estado establecido en la Constitución. De este modo lo que ambos ganan es tiempo para desarrollar sus jugadas», afirmó.

Mientras, el decano de la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo, Eugenio Guzmán, apuntó que «a menos que haya un cambio que todavía no percibimos en las fuerzas políticas de Apruebo y Rechazo, lo único que hasta el momento uno puede decir es que se está postergando la discusión».

«Si se mira hoy, no hay ningún motivo para pensar que cambie mucho, lo que sí le da más tiempo a los distintos actores para experimentar argumentos, narrativas o relatos. Lo que si es interesante, es que al quedar postergada las municipales implica que los alcaldes pierden presión sobre su posición respecto al plebiscito», indicó.

¿Cuál debiera ser la estrategia?

En cuanto a la estrategia a asumir por ambas opciones, Morales aseguró que «en este eje de debate, los partidos deberán orientarse más hacia los resultados que hacia las ideas. En un ambiente de mayor incertidumbre, la gente espera soluciones, es decir, resultados, y no ideas sobre cómo llegar a esos resultados».

«En consecuencia, la discusión en esta nueva etapa será mucho más concreta, los del Apruebo deberán convencer con hechos concretos que la nueva Constitución traerá mejores resultados, mientras que los del Rechazo argumentarán que esa nueva Constitución lo único que hace es incrementar la incertidumbre respecto al futuro del país», recalcó.

En tanto, Moreno comentó que «la política entra progresivamente en modo cuarentena. La agenda estará dominada por las consecuencias de la pandemia en el país y los actores y actividad política será desplazada de los medios salvo para apoyar o criticar cosa medidas de política pública que se adopten».

En ese sentido, advirtió que los comandos y estrategias de campañas «serán invisibilizadas y se silenciarán en el marco de la pandemia y sus efectos en las próximas 8-12 semanas. Solo después de superada la contingencia y teniendo como fondo el manejo de la crisis se reactivará la campaña por el Apruebo o Rechazo».

A su juicio, en este periodo «no se observa hasta ahora un cambio en la correlación de fuerzas. Creo que ambas opciones están apostando a cómo el actual marco institucional es o no una herramienta eficaz para enfrentar crisis sanitarias y su derivada económica».

No obstante, advierte que «la precaria situación económica en que quedará el paid pos pandemia será un campo de disputa para el Apruebo y el Rechazo. Las herramientas para enfrentar crisis como la actual y que forman parte de nuestro entramado legal y constitucional estarán en el centro de la discusión del próximo plebiscito».

A juicio de Guzmán, «si la gente de oposición estuvo dispuesta muy rápidamente a decir que cambiaran la fecha, es porque de alguna manera ellos perciben que en un escenario con baja participación no les convenía. Por eso presionaron para que las elecciones se cambiaran, eso les equilibra la cancha y permite un resultado electoral positivo».

En cuanto al Rechazo, indicó que «les da más tiempo para instalar un relato que lo justifique. En la medida que ellos logren conectar con la idea de que la gente necesita que le resuelvan los problemas hoy y no mañana, eso puede afectar al Apruebo, más en un escenario de alto desempleo y la economía semi-recesiva».

«En el Rechazo tienen que aumentar más su nivel de conocimiento. Hay ciertos elementos instalados que favorecen al Apruebo, pero de los que ellos podrían sacar ventaja, por ejemplo, la inmediatez de los cambios. En el caso del Apruebo, si la situación económica es muy mala y entran en un lenguaje lejano a la gente, les puede hacer perder un poco de electorado o aumentar la abstención», concluyó.

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