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Lo que se juega Blumel en la acusación contra el intendente Guevara – La Segunda

Para el Gobierno, están en jaque las facultades que hoy tienen las autoridades para cuidar el orden público.

En el Salón Arturo Prat, con una pintura de fondo que homenajea el acto de inmolación del comandante de la Esmeralda, hoy el ministro del Interior, Gonzalo Blumel realizó una videoconferencia con todos los intendentes.

A su izquierda, estaba sentado el jefe regional metropolitano, Felipe Guevara (RN), quien mañana vivirá una de las jornadas más cruciales de su vida política en la sesión de la Cámara de Diputados, donde se votará la acusación constitucional presentada en su contra por sus decisiones en el control del orden público.

El objetivo de la videoconferencia era revisar la situación regional en materia de orden público y analizar el plan que se desplegará con motivo de la PSU.

Sin embargo, pese a tener un carácter de coordinación habitual, la cita inevitablemente se transformó en una instancia de apoyo anímico a Guevara, que ha obligado al Gobierno a realizar intensas gestiones para convencer a opositores.

“Coraje” y “fuerza” fueron algunos mensajes que se repitieron en la conversación, al tiempo que algunos reconocieron que el libelo contra el intendente de Santiago podía convertirse en un “peligroso” precedente para otras autoridades. Al tomar la palabra, Blumel reiteró el apoyo a Guevara y llamó a los intendentes a no dejarse amedrentar y a preservar el orden público.

“Votar a favor de la acusación constitucional es debilitar las atribuciones de todas las autoridades regionales para asegurar el orden público, es decir, es votar en contra de los ciudadanos”, dijo Blumel en la cita.

Para el Gobierno, la acusación marcaría un negativo precedente para la gestión de futuras autoridades, no solo de esta administración, ya que podría anular las facultades para ejercer el orden público. En el pasado, de hecho, varios parlamentarios opositores que votarán este libelo, fueron intendentes o gobernadores.

No obstante, en lo inmediato, una eventual destitución de Guevara, afectaría el funcionamiento del Ministerio del Interior, que encabeza Blumel, más aún si la suerte del intendente de Santiago aleona a la oposición a presentar acciones contra otros jefes regionales.

Además, dado este escenario, en que las manifestaciones aún no bajan, el ministro podría enfrentar dificultades para encontrar reemplazantes. “¿Quién va a querer asumir un cargo de Gobierno?”, plantea Eugenio Guzmán, decano de la Facultad de Gobierno UDD. “Si lo que se busca es eso, hay un acto de tremenda irresponsabilidad”, dice, al señalar que se “dejaría al Gobierno en una situación muy debilitada”.

Golpe al corazón

De aprobarse la acusación es un golpe “al corazón” del Gobierno, cree Nicolás Freire, académico de la U. Central, a partir del cual los analistas observan complejas consecuencias para La Moneda.

Max Colodro, académico de la UAI, señala de entrada que “va a confirmar que el Gobierno está frente a una oposición que tiene una estrategia de bloqueo, que busca impedir que el Ejecutivo pueda llevar adelante un plan concreto para restablecer el orden público. Y también que el Gobierno no tiene hoy ninguna capacidad de impedir esa estrategia”.

“Si la oposición en su globalidad e integridad decide avanzar de manera concreta con esto, la señal para el Gobierno es muy clara y es que no hay margen de diálogo posible y eso sería muy malo para el país”, plantea Claudio Alvarado, director ejecutivo del IES.

Riesgo para Blumel

Así, Colodro augura que, en un escenario de polarización, con “incapacidad de La Moneda para llevar a la oposición hacia posturas más moderadas”, se eleva el riesgo para el ministro Blumel. “El queda en una situación de mucha debilidad, en el flanco del orden público, y también del punto de vista político. Porque ante una eventual aprobación contra Guevara, Blumel es el peldaño siguiente”, agrega.

“El ministro está viviendo una situación extremadamente compleja”, coincide Alvarado (IES). “Pero mi impresión es que él sigue gozando con el beneficio de la duda de la ciudadanía y de la oposición. Aún representa una promesa de renovación, claro que la cuenta corriente se va agotando”, dice el investigador.