Mientras algunos expertos aseguran que el Ejecutivo hizo lo posible ante el problema, otros advirtieron un déficit de gestión que podría traerle complicaciones electorales al oficialismo.
SANTIAGO.- Diez días permaneció sin agua potable la ciudad de Osorno, luego de que la empresa a cargo del servicio, Essal, reconociera la caída de petróleo en su producción, generando una de las crisis sanitarias más extensas de las que se tenga recuerdo en Chile.
Ante ello, el Gobierno decidió abordar la situación dejando a cargo a los ministros de Obras Públicas, Alfredo Moreno, y su par de Salud, Jaime Mañalich, quienes incluso estuvieron en terreno supervisando el despliegue estatal para ayudar a la población.
En tanto, el Presidente Sebastián Piñera suspendió un polémico viaje privado a EE.UU. para abordar el problema y también decidió viajar a la zona, en donde advirtió sobre las sanciones que caerían sobre la empresa por el perjuicio que provocó a la ciudadanía.
Sin embargo, esas acciones no tendrían el efecto deseado a juicio de los expertos, quienes aseguran que el Mandatario y sus ministros no llegaron a tiempo para enfrentar el problema, lo cual traería consecuencias electorales para la centroderecha.
Según el decano de la Facultad de Gobierno de la Universidad Central, Marco Moreno, «el gobierno llegó tarde y sin diseño claro para enfrentar la crisis del agua potable en Osorno. Las diversas vocerías en relación con la solución confundieron a la opinión pública».
«Una vez más el ministro Moreno tiene un déficit de gestión política para enfrentar la crisis. El ministerio que dirige sólo parece dependiendo de la solución técnica que provee la empresa. Sin embargo, no controla dichas variables y tampoco las políticas», añadió.
Asimismo, advirtió una descoordinación en el mensaje del Gobierno, ya que «el propio subsecretario Lucas Palacios y los parlamentarios oficialistas critican a la empresa pero el ministro y La Moneda se alinean con la respuesta técnica de Essal».
Una visión similar planteó el cientista político y académico de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, quien señaló que el Gobierno quedó «en una permanente tensión, por un lado está una empresa y por otra parte están los ciudadanos».
«Si bien su aspiración es proteger a los ciudadanos, el Gobierno no ha sido capaz de disimular el apoyo a la empresa, dándole una segunda oportunidad en circunstancias de que a la gente en sus trabajos difícilmente se las darían ante errores de esa naturaleza», dijo.
En esa línea, Morales advirtió que «esto se puede entender como una especie de perdonazo del Gobierno hacia la empresa y lo que la gente espera es que la misma mano dura que el Gobierno aspira a aplicar a los delincuentes, también la aplique hacia las empresas».
«Por lo tanto, ha sido un desempeño poco grato para el Gobierno, tanto de parte del Presidente como del ministro Moreno. En ese sentido, quedan al debe y no sorprendería que el Presidente destituyera al intendente», indicó.
Una mirada distinta tuvo el decano de la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo, Eugenio Guzmán, quien aseguró que La Moneda no tenía mucho margen para poder enfrentar el problema e hizo lo que tenía que hacer.
«¿Piñera podía no ir a Osorno? No. Entonces la decisión de quedarse en Chile e ir allá tenía que estar. Ahora, muchos han leído eso como que el Presidente está en todas, pero y si lo decimos al revés: ¿Qué pasaba si no iba Piñera? La crítica hubiera sido feroz», señaló.
En ese sentido, Guzmán apuntó que «desde ese punto de vista, es un poquito banal la crítica que se hace de porque fue o no fue Piñera. Él, desde un punto de vista comunicacional, tenía que ir».
Asimismo, indicó que «evidentemente es un asunto que dada la escasa información dejó en una situación de incertidumbre a todo el equipo de Gobierno y obviamente frente a situaciones de incertidumbre no es poco lo que tú puedes hacer. No les quedaba otra».
«No podía hacer más, es como comparar con el caso de Bachelet cuando enfrentó lo de Copiapó. Cuando se producen este tipo de accidentes, los gobiernos no tienen mucha maniobra, entonces lo que ocurre es que el adversario trata de culpar en alguna medida al Gobierno de la falta de soluciones», subrayó.
Efectos políticos
En cuanto a las consecuencias que tendrá esta crisis para el Gobierno, Moreno destacó que «el clima de opinión y la emoción de indignación frente a la ineficiencia de la empresa y el propio gobierno debería expresarse en una desaprobación a la gestión del gobierno».
«Los ciudadanos instalan la responsabilidad en quien gobierna, no en la oposición ni el congreso en relación con este tema y lo hacen porque entienden que el único con herramientas y capacidad para resolver este problema es el Ejecutivo», recalcó.
Según el académico, «es el estilo y capacidad de gobierno lo que se critica y esa foto deberían captarla las encuestas. Creo que nadie en él gobierno gana en esta pasada, pierden por acción u omisión frente a la ciudadanía en el manejo de la crisis.
En tanto, Morales señaló que esta crisis «le va a afectar y de hecho la está afectando según la última encuesta Cadem, pero el principal efecto es de más largo plazo en las próximas elecciones locales y particularmente también en la elección de gobernadores regionales”.
«Osorno es una de las comunas más relevantes de la región, y por lo tanto si bien esa zona ha tendido a ser disputada, bien podría ser que un candidato de la centroizquierda se quede con el cupo», recalcó.
Según Guzmán, «esto obviamente va a tener alguna repercusión y probablemente va a ser capitalizado por aquellos sectores que son más críticos al Gobierno, sobre todo en un año en que se aprontan elecciones municipales».
«Desde ese punto de vista, va a tener un efecto a futuro. La oposición de alguna manera ha tratado estratégicamente de decir que el Gobierno lo hizo mal y que de algún modo está defendiendo a la empresa. Como movida táctica, parece bien, pero todo va a depender de la fuerza con que el Gobierno siga enjuiciando a la empresa», afirmó.
El académico destacó que «de hecho, desde un principio el Gobierno se alejó y fue crítico, pero la oposición va a seguir insistiendo por esa línea, de tratar de decir que el Gobierno no hace nada porque está defendiendo los intereses de la empresa. No sé si les va a resultar, pero van a ir por ahí».
Además, agregó que los efectos políticos «pueden extenderse un poco más, porque frente a su escasez temática la oposición lo va a usar como una opción mediática importante. A ellos les conviene y sobre todo regionalmente, mantener el tema arriba. Eso es lo que está ocurriendo y lo que va a seguir ocurriendo y eso podría tener un efecto local».