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Oposición en deuda: Análisis al escaso despliegue veraniego de la centroizquierda y sus próximos desafíos – Emol

Tanto expertos como políticos del sector hicieron un crítico balance de la gestión del bloque durante el periodo estival y coincidieron en que el pacto de administración de la Cámara de Diputados será el gran test para determinar su futuro.

SANTIAGO.- Tradicionalmente, febrero es un mes de receso para el mundo político. Con el Presidente Sebastián Piñera y varios de sus ministros de vacaciones y el Congreso Nacional sin actividades, los líderes de partidos y parlamentarios suelen hacer una pausa en sus habituales tareas, aunque sin separarse del todo de la contingencia.

De hecho, antes de que se iniciara el periodo estival, tanto en el Gobierno como en la oposición prepararon planes de contingencia para abordar eventuales requerimientos políticos y comunicacionales, dejando a voceros designados para responder ante cualquier emergencia.

Sin embargo, dicha programación parece no haber funcionado del todo en la centroizquierda, donde a juicio de expertos y políticos hubo una débil respuesta ante el despliegue del Ejecutivo durante las emergencias y también ante polémicas, como la aparición de documentos sobre la concesión de un sector costero a Piñera en Caburgua.

Más allá de la presencia puntual de los diputados y senadores de las zonas afectadas por las catástrofes naturales que afectaron al país y uno que otro comentario a través de redes sociales (especialmente apuntando a los viajes de la ministra de Educación, Marcela Cubillos, por el proyecto de «Admisión Justa»), los analistas coincidieron en que desde la oposición desperdiciaron una oportunidad para ser un contrapeso de La Moneda durante estas semanas.

Así lo reconoció el subjefe de la bancada de diputados de la DC, Gabriel Silber, quien reconoció a Emol que «claramente como oposición estamos al debe, hay un déficit de fiscalización por parte de nuestros parlamentarios y obviamente echamos de menos bastantes vocerías y acciones en el periodo estival».

Una visión similar planteó el director del Programa de Opinión Pública de la UDD, Gonzalo Müller, quien indicó que «la oposición terminó enero muy dividida, con los cuestionamientos al cumplimiento del pacto para elegir al presidente de la Cámara y creo que eso afectó en gran parte que durante febrero no hayan tenido un rol y hayan sido casi inexistentes».

«Creo que la oposición se fue de vacaciones y dejó al Gobierno solo durante febrero, en las emergencias y distintos temas. Al asumir que el único tema iba a ser Venezuela y del que decidieron pasar, se olvidaron que el país sigue funcionando (…) han tenido una presencia débil y con un rol ajeno a lo que debiese ser una oposición fiscalizadora», añadió.

En tanto, el cientista político y académico de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, sostuvo que este mes «han tenido un despliegue lamentable, no han sido capaces de instalar liderazgos a nivel nacional y tampoco de enarbolar una oposición programática. Eso se ha visto reflejado en la aprobación al Presidente, que está en torno al 44 o 45%».

«Por lo tanto, si es que la oposición pensaba que el Gobierno se iba a desgastar tempranamente y que ese malestar iba a ser cosechado por alguno de sus líderes, estuvo en un franco error. Adicionalmente, a la oposición le ha sido difícil constituirse como tal por todas las diferencias internas que ya conocemos», recalcó.

No obstante, advirtió que «es difícil hacer oposición en un contexto de emergencia. En general, las oposiciones suelen bajar los decibles y callar en lugar de salir a confrontarse al Gobierno, porque eso generalmente es interpretado como un aprovechamiento político y los ciudadanos más afectados son capaces de percibir ese tipo de estrategias».

«Por lo tanto, es cierto, la oposición no ha sido un contrapeso al Gobierno, pero eso también se explica porque las emergencias son a nivel nacional y cuesta que un líder político se imponga a aquello como voz disonante del Gobierno», enfatizó.

¿Cómo revertir el panorama?

En cuanto a de qué forma la oposición puede revertir este escenario a partir de marzo, Silber indicó que «el verdadero test para la oposición va a ser si es que logramos todas las fuerzas de oposición, desde el Frente Amplio a la DC, ponernos de acuerdo en torno al gobierno de la Cámara de Diputados y las presidencias de las comisiones».

«Es el piso básico para después discutir otros temas de contenido, programáticos o de pactos electorales. Todos los chilenos estarán pendientes de la altura de miras de las bancadas en torno a generar las condiciones de un acuerdo en un tema tan importante como es la Cámara, que en una democracia es el contrapeso de un Gobierno», dijo.

La misma idea sostuvo Müller, quien apuntó que «la primera prueba de fuego es si van a ser capaces de darle gobernabilidad a la Cámara de Diputados y después es cómo vuelve a ser parte de la agenda de discusión pública, no solamente diciendo que no y criticando lo que hace el Gobierno, sino que también empezando a transformarse en alternativa».

A juicio de Morales, «al regreso de vacaciones tienen varios caminos. En primer lugar, insistir con la acusación constitucional contra (Andrés) Chadwick, la oposición tiene que ir generando figuras contra las que unirse. La oposición no se va a unir de manera natural, lo va a hacer contra algo y el hecho de tener a Chadwick al frente es un panorama ideal».

«En segundo lugar, las presiones por sacar al subsecretario de Redes Asistenciales, Luis Castillo. Si bien son objetivos menores, pueden implicar una reorganziación opositora, ya que en el primer semestre vamos a ver a una oposición que va a ir de tumbo en tumbo, pero que se puede unir circunstancialmente para desestabilizar al Gobierno», subrayó.

Finalmente, sobre cómo se explica la irrupción de presidenciables durante este periodo, Müller expresó que «eso habla de una desconexión entre el discurso general del país y la agenda de los partidos. En la oposición todavía están en búsqueda de un liderazgo y lo que tienen que hacer es una reconexión con las agendas ciudadanas».

«Cuando no hay estrategia es cuando comienzan a existir estos espasmos de liderazgo y lo único que le queda a esta oposición es personalizar esos liderazgos en lugar de elaborar una propuesta común. Esa falta de estrategia se acorta comenzando a levantar nombres. El problema es que ninguno genera entusiasmo en la opinión pública», concluyó Morales.

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