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Con la Línea 3, pasajeros que se movilizan en metro superarían a los que usan Transantiago – El Mercurio

La empresa estatal estima que en 2019 habría más de 3 millones de usuarios diarios. Expertos adelantan que los desafíos serán mantener una gestión operacional de calidad y disminuir la evasión en los buses.

Que una persona pueda tomar una micro y luego acceder al metro —en caso de no tener una estación cerca— es una de las metas de integración que busca el Transporte del Tercer Milenio, iniciativa que quiere implementar el Gobierno.

En este modelo, el tren urbano será la pieza clave, pues recibirá a los pasajeros de los buses del futuro Transantiago. Y según Louis de Grange, presidente de la empresa estatal, ya se están dando hitos importantes en ese sentido.

El año pasado, el sistema registró 1.562 millones de viajes, de los cuales 868 millones fueron en buses (56%), mientras que el 44% restante (686 millones) se hizo en metro.

Sin embargo, en 2019 la situación debería revertirse. “Hoy, respecto a las validaciones bip, metro está cerca del 45%, y con la Línea 3 debería pasar el 50% y superar a los buses. Con esto, el metro pasa a ser el principal actor del transporte”, afirma De Grange.

Nueva operación

Según la empresa estatal, con la Línea 3 —que comenzaría a funcionar a más tardar en enero y unirá Quilicura con La Reina— movilizarán a 723 millones de pasajeros al año. Y las proyecciones apuntan a que podrían superar los 3 millones de usuarios diarios.

El aumento de transacciones no es reciente. En 2007 hubo 558 millones de validaciones, y una década más tarde fueron 23% más. En cambio, las transacciones de Transantiago han caído al punto de que el año pasado fueron las más bajas de su historia. Las 1.036 millones que hubo en 2012 bajaron 16% a fines de 2017.

Esta situación podría agudizarse, pues los usuarios del Transantiago preferirían la nueva línea, hecho que podría darse en las comunas de Conchalí, Independencia y Quilicura, que hoy no cuentan con metro.

Además, según un estudio de la misma empresa, la Línea 3 haría que otras 20 mil personas se “bajen” del auto y usen la adición.

Rodrigo Troncoso, investigador del Centro de Políticas Públicas de la U. del Desarrollo, dice que el cambio “es un paso a que metro sea el centro del sistema, aun cuando faltan las líneas adicionales anunciadas. El desafío es que la gestión operacional se mantenga dentro de los buenos rangos que tiene”.

En tanto, Rodrigo Martín, experto en transporte urbano de la U. de Santiago, plantea que “gran parte de los usuarios combinan los transportes; lo que hay es un cambio en los tramos. Más que dejar el bus, es utilizar eso y el metro”. Ejemplifica: “Se pasa de dos validaciones de bus a una de metro, o a dos de metro y una de bus”.

En esto también es importante la evasión, fenómeno presente en los buses y que en la última medición llegó a 25%. Ricardo Giesen, profesor de Ingeniería de Transporte de la U. Católica, advierte que “el metro tiene muy poco no pago, a diferencia del Transantiago. Si se reduce la evasión, deberían crecer las transacciones en buses porque se conocería la cifra de quienes hoy los usan, pero no se registran”.

Medidas de contención

El crecimiento de la demanda que tendrá la red subterránea el próximo año es algo en lo que Metro ha puesto atención. Según de Grange, en Universidad de Chile, hoy Línea 1, “va a llegar gente nueva del norte de Santiago y probablemente va a haber un desafío operacional por el aumento de la demanda”.

Actualmente, esa estación recibe cerca de 74 mil personas diarias. Para responder a esto añade que “estamos viendo qué mecanismos implementar, generar innovaciones y de qué forma traspasar la información a los usuarios.

Quizás vamos a hacer contención en los andenes, para que sea más lenta la subida o se puedan reasignar frecuencias”.