Una semana ha pasado desde que miles de mujeres regresaran a las calles para marchar una vez más por sus derechos. Esta vez, la principal demanda no fue por el acoso sexual o la igualdad de género, sino que por la que podría ser la principal bandera de lucha del movimiento: correr el cerco desde el aborto en tres causales a uno libre.
Y tal como ocurrió con las movilizaciones de hace unos meses -que instalaron el debate sobre la necesidad de instaurar protocolos que eviten casos de abusos-, la discusión sobre la despenalización de la interrupción del embarazo a todo evento ya generó el impacto en el espectro político, generando al menos tres aristas a seguir.
¿La nueva bandera de lucha del movimiento?
La aprobación en primera instancia del aborto libre en Argentina y el amplio respaldo ciudadano que ha concitado a través de multitudinarias manifestaciones, abrió una puerta de esperanza para el feminismo chileno.
Fue así como durante la movilización de la semana pasada en Santiago se vieron los mismos pañuelos verdes que simbolizan el apoyo a la medida que aparecieron en Buenos Aires, con la esperanza de que el tema se tome la agenda tal como lo hizo al otro lado de la cordillera.
Algo que a juicio de la vocera de la Mesa de Acción por el Aborto, Macarena Castañeda, se consiguió de alguna forma. «Fue la primera marcha con tanta masividad en las calles a favor del aborto libre. Eso no había ocurrido nunca y nos da mucha esperanza con respecto a cómo ha ido cambiando la percepción del tema en la sociedad».
Sin embargo, en ese contexto, la senadora de la DC, Carolina Goic, abrió una interrogante que seguro generará discusión entre las mujeres. «Yo siempre he defendido la causa de las mujeres, la he vivido en primera persona y me niego a aceptar y validar que la agenda feminista sea el aborto”.
«Eso está muy lejos de las prioridades que necesitan las mujeres», añadió la ex candidata presidencial, en referencia a otros temas que también forman parte de la agenda de género, como la equidad de salarial en el mercado laboral o la violencia, en medio de la dificultad para reducir las cifras de femicidios en el país.
Sus dichos generaron rechazo entre sus propias filas, ya que la ex ministra de la Mujer y militante DC, Laura Albornoz, comentó a Emol que «me sorprende mucho que diga que éste es el único tema, eso demuestra desconocimiento y eso lo rechazo absolutamente», en referencia a la serie de proyectos sobre género que están actualmente en el Congreso.
«Creo que un partido que resultó tan afectado en las últimas elecciones, donde Goic era presidenta, no tiene ningún espacio ni ético ni pragmático para imponer qué debates se deben dar y cuáles no (…) no es responsable que cualquier autoridad de la república diga qué tema es más o menos importante. Eso lo decide la ciudadanía, no la élite», añadió.
Asimismo, Albornoz desestimó que la bandera del aborto libre sea la más relevante del feminismo. «El movimiento hace lo que tiene que hacer: paró las universidades por acoso sexual, puso el tema en debate, el acoso callejero y la violencia sistémica contra las mujeres y entre esos temas, hubo una marcha la semana pasada sobre el aborto libre».
En cuanto al riesgo de que la despenalización total del aborto opaque al resto de la agenda de género, sostuvo que «si eso ocurriera, no es responsabilidad del movimiento feminista, es un problema, con mucho respeto, de los propios parlamentarios que son incapaces de poner otros temas en la agenda, más que reclamar por los que se están poniendo».
Las posturas en La Moneda
La visión de Goic es compartida en el Gobierno, donde desde ya marcaron una postura de rechazo al aborto libre. «Nuestro gobierno es partidario de defender la vida (…) como Presidente, tengo esta convicción profundamente en el alma y voy a hacer todo lo que sea necesario para defender la vida», dijo ayer al respecto el Presidente Sebastián Piñera.
Las palabras del jefe de Estado respaldaron a su ministro del Interior, Andrés Chadwick, quien manifestó que el Ejecutivo está abierto a utilizar el veto para impedir una ley en esa línea, algo que a juicio del Decano de la Facultad de Gobierno de la U. del Desarrollo, Eugenio Guzmán, va en línea tanto con sus convicciones como con su estrategia política.
«Hay de las dos cosas, tienen de alguna manera un anclaje político relativamente cómodo. Es convicción, en el sentido de que Piñera es una persona que siempre ha señalado su visión al respecto: si uno ve la historia, no han habido variaciones al respecto, lo dijo en la campaña e históricamente», explicó.
«Por otra lado también hay algo estratégico, en el sentido de que respondería no solamente a sus convicciones, sino que a un carácter político electoral. Él está en una situación cómoda, porque no es parte de su programa y porque su sector tampoco apoyaría una moción de esa naturaleza», enfatizó.
Guzmán recordó además que «si uno ve la encuesta CEP de 2017, un porcentaje mayoritario de la población no está a favor del aborto libre. Entonces, desde ese punto de vista hay una posición política (…) Esto hay que leerlo en varias dimensiones, una es el apoyo de su coalición, que claramente lo tiene, y otra es la importancia del tema para la sociedad».
«Si fuera una prioridad, el hecho de tener una posición -aun cuando fuera minoritaria- es evaluado positivamente por la población. Hay que recordar que la gente evalúa positivamente las convicciones de las personas, y desde ese punto de vista están mezcladas las dos cosas», agregó.
¿El aborto une o divide a la oposición?
En la otra vereda, el diputado del Partido Liberal, Vlado Mirosevic, envió una advertencia al Gobierno. «Si nos ponemos de acuerdo puede aprobarse», dijo, apuntando a la unidad de la oposición detrás del aborto libre.
De hecho, algunas voces señalan que lo que se busca es que la agenda valórica, y en particular el tema del aborto y el feminismo, sea un factor que pueda estrechar los puentes que han ido construyendo desde el PS y el PC con el Frente Amplio.
Sin embargo, a juicio del cientista político y académico de la Universidad de Talca, Mauricio Morales eso no está tan claro.
«El debate por el aborto libre dividirá aún más a la oposición. Naturalmente profundizará la fractura entre la DC y la izquierda, pero la DC – en caso de rechazar la iniciativa- aparecerá como un partido sincero en términos programáticos o al menos consistente con la defensa del derecho a la vida”, indicó.
Según Morales, «no es que este debate transforme la política entre conservadores y liberales. Lo que está en juego es si el país llega sólo a las tres causales o si avanza hacia una política de aborto libre. Ser liberal o conservador no sólo responde a cánones valóricos, sino que también a la opción por un modelo de desarrollo económico».
«En eso la DC debe ser muy clara. Es decir, que si bien existen posturas respetables dentro del partido en materia de aborto, la lucha del partido está focalizada en las reformas al modelo de desarrollo. El peligro -eso sí- es que se reedite la estampida de militantes que no están de acuerdo con la postura de la directiva», sostuvo.
El académico subraya que «en ese escenario, el partido tendría una fuga hacia la izquierda, la que se sumaría a la reciente fuga hacia la derecha que se produjo luego de las elecciones de 2017. En consecuencia, el debate por el aborto libre puede ser un punto de unión de la izquierda, pero profundizará la distancia con la DC».