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Encuesta UDD: 56% dice que demandas han provocado un cambio de trato – El Mercurio

Una encuesta centrada en los efectos de las demandas de las mujeres a raíz de diversos casos de acoso en el comportamiento de los chilenos realizó la Universidad del Desarrollo junto a «El Mercurio». Sondeo que si bien da cuenta de un avance en materias como en el «cuidado en lo que se dice», aún existen áreas en donde se evidencian falencias como en los «chistes machistas» y el «cuidado en cómo se miran entre las personas».

Al menos 22 universidades del país se encuentran actualmente en paro o toma, como medida de presión en medio de la irrupción del movimiento feminista. Esto, a raíz de diversas denuncias por acoso ocurridos en los planteles educacionales, a lo que se suman casos que han apuntado a figuras de connotación pública. Incluso, el miércoles pasado se desarrollaron masivas marchas en diversas ciudades, dando cuenta del alcance de las demandas de las mujeres. Irrupción que ya ha provocado efectos en los tres poderes del Estado.

El Poder Judicial lanzó una campaña de «Prevención e información sobre acoso sexual» al interior del organismo. Trabajo que incluye un informe sobre la igualdad de género y no discriminación y un sondeo al interior de la institución que arrojó, entre otras cosas, que un 56% de los encuestados habían presenciado o experimentado, al menos una vez, comentarios de contenido sexual, y 44% «piropos subidos de tono».

Además, se encuentra en proceso de elaboración de un protocolo que determine cómo actuar frente a estas situaciones, norma que espera estar concluida en junio luego que sea votada por el Pleno de la Corte Suprema.

Mismo trabajo que se encuentra realizando el Gobierno, desde donde, a diferencia de las movilizaciones estudiantiles de 2011, ven en la irrupción de la agenda feminista una oportunidad. El Gobierno, de hecho, ya se encuentra preparando un protocolo para todos los ministerios -con el objetivo de homologarlos- y requirió información a las universidades con el mismo objetivo.

De esta manera, al menos en el plan original de La Moneda, la ministra del Sernam, Isabel Plá, tendrá un rol protagónico en el tema. Menos visible, pero igualmente relevante, será la función del Ministerio de Educación, al mando de Gerardo Varela.

En entrevista con «El Mercurio», además, el ministro del Interior, Andrés Chadwick, señaló que el Presidente Sebastián Piñera va a dar a conocer próximamente un paquete de medidas, que incluyen iniciativas de carácter legislativo, para generar condiciones de igualdad entre el hombre y la mujer y tener herramientas eficaces para combatir cualquier tipo de abuso (ver D 8 y D 9).

En paralelo, la presidenta de la Cámara de Diputados, Maya Fernández (PS), ya solicitó a la Comisión de Régimen Interno de la Corporación la elaboración de una nueva normativa para enfrentar casos de este tipo.

Para el decano de la Facultad de Gobierno de la UDD, Eugenio Guzmán, parte de este debate se relaciona con el impacto que ha tenido el movimiento feminista -al menos hasta ahora- en el comportamiento de las personas.

Un sondeo elaborado por el Panel Ciudadano UDD para «El Mercurio» tomó el pulso al tema en esta etapa de desarrollo. A continuación, Guzmán realiza un análisis de las características y el impacto que hasta ahora ha tenido la irrupción de la agenda feminista, de acuerdo al resultado de la encuesta.

Transversalidad

El movimiento de mujeres estudiantes ciertamente está teniendo un efecto no menor en la sociedad chilena. Hasta ahora su transversalidad parece ser su característica principal, pues evoca temáticas que ciertamente lo son, si bien no todas ellas, en particular lo que tiene que ver con las distintas expresiones que toma el abuso, la humillación o menosprecio masculino.

Movimiento contracultural

Desde esta perspectiva, el movimiento es claramente contracultural y en esa medida las instituciones, que por cierto son modeladas por la cultura e incluso emergen desde esta, no tienen fórmulas o mecanismos para abordar o dar respuestas institucionales que por lo general sí las tienen cuando se trata de fenómenos que están dentro de sus márgenes. De allí que frente a las preguntas de ¿qué hacer?, políticos y analistas en muchos casos no pueden más que balbucear respuestas o simplemente repetir de modo elegante lo obvio: «Es urgente abordar el tema».

Hombres y mujeres

Lo que primero se observa es la diferencia de percepciones entre hombres y mujeres respecto a los cambios derivados en el trato. Es decir, mientras un 50% de las mujeres señala que perciben cambios, en el caso de los hombres el porcentaje llega al 62%. Como se trata de percepciones que se expresan de la cotidianidad y lo que consideran «normal» e incluso «natural» uno u otro sexo, ello podría explicar prima facie (primera vista) dichas diferencias.

Lenguaje

Una forma de aproximarse al contenido de los cambios es preguntar por algunas circunstancias específicas. Es así que al parecer el aspecto más relevante guarda relación con el lenguaje: «lo que se dice». En concreto, un 60%, independiente de si se trata de hombres o mujeres, concuerda en que «la gente tiene mayor cuidado en lo que dice». No obstante, no deja de ser importante como aparentemente se considera que un gesto, como son las mirandas, es percibido como siendo afectado.

Chiste machista

Una aproximación aún mayor al contenido se aprecia al ver las respuestas frente a la pregunta respecto de un «chiste machista». Al respecto, las reacciones entre hombres y mujeres difieren significativamente en algunas de las alternativas que podrían calificarse como más o menos «permisivas». En efecto, mientras un 20,8% de las mujeres declara que «se enoja y se retira», solo un 8% lo señala en el caso de los hombres. En el otro extremo, quienes contestan que lo «celebran igual que siempre», las diferencias entre hombres y mujeres también son importantes: 23,2% las mujeres y 44,1% los hombres. Ello respondería a la menor gravedad asignada a las expresiones de machismo en el humor; sin embargo, si se considera que un 22,9% de los hombres sostiene que «pide que no lo cuenten», ello podría estar indicando al menos que la connotación machista de un chiste no se admite como correcta incluso dentro de los hombres.

2018-05-20_impresa.elmercurio.com_MERSTPP001AA2005_1100