Tras el fiasco en los pronósticos electorales de primera vuelta —que subestimaron la votación del Frente Amplio y sobreestimaron la de Sebastián Piñera—, la consultora Cadem decidió lanzar sus nuevas series de encuestas con nueva metodología.
De los sondeos basados en llamadas a teléfonos fijos combinadas con entrevistas cara a cara en puntos de afluencia, se pasó a una muestra probabilística basada en llamadas a teléfonos móviles.
“Construimos una base de datos de 18,5 millones de celulares, lo que asegura que los 13,8 millones de electores tengan la misma probabilidad de ser encuestados. Esto nos permite mayor cobertura territorial porque ahora alrededor del 10% de la muestra es rural, penetración que no teníamos con los teléfonos fijos”, dice el gerente de asuntos públicos de Cadem, Roberto Izikson.
Ello permitió también suprimir las encuestas en lugares de afluencia. “Algunos criticaban esto hablando de “encuestas a la salida del metro”, lo que es un mito producto de la ignorancia. En realidad era una selección aleatoria de personas con un perfil específico que eran contactadas no sólo en salidas del metro, sino también en plazas, ferias y malls ”, especifica.
Roberto Méndez, quien por más de una década estuvo a cargo de la encuesta mensual de Adimark, celebra que Cadem haya iniciado un nuevo ciclo de sondeos y el ajuste metodológico. “Una muestra tomada de un universo de teléfonos celulares conceptualmente es más inclusiva que una de teléfonos fijos, el único problema es que la gente no está dispuesta a hablar mucho rato”, apunta.
Añade que “en el mundo lo que se está haciendo más frecuente es el muestreo vía internet. En Estados Unidos y Europa se seleccionan los nombres aleatoriamente y se busca la forma de contactarlos, ya sea por vía telefónica, mensajes de texto o correo electrónico para obtener el máximo de respuesta posible”.
En cambio, el director de la encuestadora Criteria Research, Cristián Valdivieso, asegura que decidieron seguir con su monitor tracking sobre panel on line porque “nos ha dado mejores resultados prediciendo que otras técnicas”.
“No sé con precisión cómo está midiendo Cadem. Si es a celulares, en general respecto de la metodología telefónica tenemos aprensiones debido al menor control que se da sobre quién está respondiendo, al escaso tiempo disponible para reflexionar respecto de la respuesta, a la tendencia a opiniones promedio (políticamente más correctas) y la baja tasa de respuestas producto de la desconfianza propia de contestar teléfonos desconocidos”, dice Valdivieso.
A Eugenio Guzmán, decano de la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo, el cambio de metodología de la Cadem le parece bien, pero previene que “los celulares deben estar asociados a individuos determinados para los efectos de la muestra probabilística. Además, hay que ver la aplicación de los instrumentos, por ejemplo, de cuán larga o no sea la entrevista o el cuestionario porque eso incide en la tasa de respuesta”.
El académico de la UDD realiza encuestas con método de panel; es decir, con una misma muestra de personas que son consultadas de manera sucesiva en un periodo y generalmente por mensajes de texto.
Salgado: “Hay que adaptarse”
Para Mauricio Salgado, profesor de métodos estadísticos en ciencias sociales, de la Universidad Andrés Bello, lo de Cadem tiene sentido porque los celulares tienen una alta penetración y subraya que tasas de respuesta en torno al 10% son manejables. “Hay que adecuarse a los contextos de cada país y combinar metodologías: líneas fijas, celulares, internet, hasta llegar a un óptimo. La clave es que la muestra esté bien diseñada”, recalca.