Eugenio Guzman Decano Facultad de Gobierno de la U. del Desarrollo
Revisando los distintos momentos del debate, a través de redes sociales y de los medios que lo di- fundieron, inmediatamente se viene a la memoria el estilo Trump. En efecto, en Estados Unidos, tanto durante la primaria como después en la elección, la tónica fueron los dichos de ambos candidatos y, en particular, de Trump.
A modo de ejemplo, cuando Clinton señaló «algo muy bueno que alguien con el temperamento de Donald Trump no sea el responsable de la ley en el país» y la respuesta de Trump: «Porque estarías en la cárcel»; o la frase de Hillary: «Cada vez que Donald piensa que las cosas no están yendo como le gustaría, dice que lo que sea que es está manipulado en su contra…».
La verdad es que este estilo parece haber mutado con sus propias particularidades en nuestro debate criollo. Queda la impresión de que todos los actores involucrados en el debate fueron incapaces de superar el desafío mediático impuesto por Ossandón, es decir, no pudieron abstenerse de ir a otros temas de fondo, pues el discurso del escándalo y la denuncia, impuesto en la campaña por el senador, se impuso. En buenas cuentas, las denuncias y juicios de Ossandón terminaron por limitar toda discusión sobre propuestas, dejándolo en una posición cómoda, lo que no hubiera sido el caso con preguntas sobre ideas y políticas públicas. De este modo, tanto Piñera como Kast perdieron una oportunidad valiosa y, al contrario, cayeron en la trampa de sintonizar sus discursos con el estilo agresivo de Ossandón.
Tal vez creyeron que era inevitable y no quedaba otra alternativa que responder en los mismos términos. Una de las preguntas centrales que resulta de esto es sobre cuál es el impacto en las primarias del fin de semana. No resulta fácil precisarlo, pues a estas alturas sólo la baja participación puede tener un impacto real en la elección primaria.
En todo caso, hasta ahora las diferencias entre Piñera y Ossandón en materia de preferencias es de 4 a 1 y con Kast, 10 a 1, no obstante, si la participación en la primaria es baja y existen sesgos en los electores de un candidato por sobre otro en el interés de ir a votar, ello podría alterar los resultados. Por otra parte, ¿refleja el debate una división interna de Chile Vamos o la genera? Si se tratara de una competencia estrecha, lo que no lo sabremos hasta el domingo, no hay razones para suponer una posible división, de hecho, los partidos principales del bloque ya acordaron sus candidatos; pueden ser otros factores, como las listas parlamentarias, las que generen, pero no este debate. Pero existe otra pregunta: ¿Quiénes ganaron?
Aparentemente se diría que el estilo Ossandón, después de todo se impuso, sin embargo, el electorado de derecha no necesariamente sintoniza con dicho estilo y discurso, y es éste el que se define el domingo. Por otra parte, el que las preguntas giraran en torno a temas críticos para Piñera le pueden permitir anticiparse a lo que sigue de la campaña, ya sea porque sabe que viene más de lo mismo o porque dichos temas cada vez se desgastan más en su efecto electoral.