Tamas David-Barrett, experto en comportamiento y evolución de la U. de Oxford, comprobó que esto ocurre sin importar la cultura y detalla posibles causas de esta diferencia de género.
Facebook no sirve solo para saber qué hacen o piensan los amigos o compartir fotos del último fin de semana. Para Tamas David-Barrett, experto en comportamiento social y evolución de la U. de Oxford, la popular red social fue la base de un singular estudio sobre las particularidades de hombres y mujeres al establecer relaciones de amistad en el mundo real.
«Muchos estudios han sugerido que las mujeres tienden a enfocarse en relaciones diádicas con otra mujer, mientras que los hombres construyen coaliciones o grupos más amplios», explicó David-Barrett a «El Mercurio» durante una visita a Chile como investigador asociado del Centro de Complejidad Social de la U. del Desarrollo.
Dado que otras investigaciones descartaban esas diferencias, el también experto en modelamiento matemático decidió avanzar la discusión analizando lo que revelaban sobre sus amistades cercanas las fotos de perfil de 111.863 usuarios de Facebook con perfiles públicos provenientes de Europa, Asia, Norteamérica, América Latina, África y Australia.
Él mismo se sorprendió con lo que encontraron en ellos.
Mejores amigas y patotas
«Es curioso que en una foto de perfil alguien decida aparecer con otra persona. Es como salir con alguien más en tu pasaporte», dice con humor David-Barrett. Pese a ello, 20 mil de los usuarios analizados eran adultos que aparecían con una o más personas de su edad en la foto de perfil.
En el estudio, publicado en la revista PLoS One, identificaron que buena parte de ellas se trataba de un hombre y una mujer -probablemente pareja- y no había diferencias importantes entre hombres y mujeres en aquellas en que aparecían 1, 3 o 4 personas del mismo sexo. Pero cuando las fotos tenían grupos de 5 o más personas, se trataba principalmente de fotos de perfil de un hombre (ver recuadro).
En contraste, cuando había solo dos personas del mismo sexo en la foto, «en 50% más de los casos se trataba de mujeres. Y eso se repetía en todas las regiones del mundo», dice el investigador.
Este patrón se observaba sin variación en los países más homofóbicos -como Uganda- y los menos, como Suecia, lo que descartaba una sobrerrepresentación de parejas lesbianas.
«Algo profundo estaba pasando ahí y no teníamos cómo explicarlo», señala. Tras enviar a 800 de estas mujeres un cuestionario para dilucidar con quién estaban en la foto, detectaron que se trataba principalmente de amigas y mejores amigas, y, en estos casos, «todas coincidían en que se comunicaban con ella con una frecuencia semanal y que estaban dispuestas incluso a donarles un riñón si lo necesitaran». Pero, al preguntarles si tendrían una relación romántica con ella, su rechazo fue visceral, mientras que al pedirles situar la cercanía con su amiga, la ubicaban entre la de una hermana y una prima.
«Detectamos que en una relación de ‘mejores amigas’ ambas se consideran como parientes».
Autoprotección y empatía
El investigador sugiere tres explicaciones para las relaciones íntimas y de gran inversión en tiempo y calidad que las mujeres prodigan a unas pocas amigas.
«En tiempos ancestrales, ellas debían moverse de su grupo natal para integrarse al de su esposo». Una estrategia de autoprotección era formar ahí una relación emocionalmente intensa de hermandad, que reemplazara a la de los parientes que dejaba atrás.
La tendencia a formar díadas replicaría también la estrategia femenina de formar relaciones de pareja sexual exclusivas. Y, en tercer lugar, la capacidad femenina de formar «relaciones emocionalmente intensas» entre ellas se facilitaría gracias al desarrollo de la empatía que se genera con el vínculo madre-hijo.
«Quizás podemos encontrar otras explicaciones, pero esta es mi mejor interpretación hasta ahora», concluye con una amplia sonrisa David-Barrett.
»Esta hermandad de amigas habría evolucionado desde tiempos en que la mujer debía moverse a otro lugar cuando se casaba». TAMAS DAVID-BARRETT Grupo de Investigación en Neurociencia Social y Evolutiva, Universidad de Oxford
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