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Pragmatismo puro y duro – Cambio 21

Con el legislador nortino ungido por el PS y el exmandatario dando un paso al costado, el nuevo problema que se presenta tiene que ver con cálculos políticos que no cuadran con la unidad que la centroizquierda necesita para enfrentar a la derecha el 19 de noviembre. El lío es mayúsculo.

Tres gobiernos desde el retorno a la democracia (Ricardo Lagos 2000 y Michelle Bachelet 2006 y 2014), un alto número de militantes nuevos y reinscritos (cerca de 35 mil) y un poder de decisión que podría marcar un antes y un después en la política chilena.

Así se resume la actualidad del Partido Socialista.

Sin embargo, más allá de las cifras, para una cantidad no menor de militantes y dirigentes emblemáticos de la colectividad lo que hay es una crisis profunda y con consecuencias insospechadas para la Nueva Mayoría y la centroizquierda en general.

El problema no es la elección de Alejandro Guillier como candidato presidencial, luego de la votación secreta de los integrantes del comité central el pasado 9 de abril.

La incomodidad se centra en dos hechos puntuales que explican por qué el PS terminó apoyando como abanderado a alguien que no es militante: el incumplimiento de lo establecido en el XXX Congreso celebrado en enero de 2016, donde se estipuló que para la campaña electoral de este año se iba a respaldar a un abanderado de sus filas, y la falta de liderazgo de la directiva que comandó Isabel Allende hasta hace solo unos días.

Dato relevante: mientras la parlamentaria estaba al mando en la tienda de calle París, su reemplazante, el exministro Álvaro Elizalde, era el principal encargado del cónclave.

En defensa de Allende -dicen en el partido-, está la forzosa bajada propiciada por Ricardo Lagos en octubre, factor que provocó que la congresista se abocara a su reelección senatorial, pero en la región de Valparaíso, procedente de Atacama, sumado a un silencio que a final de cuentas resultó fatal, critican sus detractores.

Por otro lado, y como es sabido por todos, se pasó a llevar el itinerario que el propio partido trazó: nominación de precandidatos socialistas y consulta ciudadana, con o sin la inclusión de contendores independientes, para fines de abril, donde Lagos no quiso participar. En su lugar se instauró la votación definitiva en el comité central y de forma secreta para sus 110 miembros.

Fue así como José Miguel Insulza (exministro) y Fernando Atria (abogado) se retiraron de la contienda, dejando el ambiente polarizado entre «laguistas», «guillieristas» y los que plantearon la «libertad de acción», sin resultado alguno.

«Ibáñez candidato populista el ’52, la vía armada el ’67 y el portazo a Lagos de hoy. Errores históricos del PS», remató el diputado PPD Marco Antonio Núñez en Twitter.

Pelea inevitable

Con el periodista y legislador nortino ungido por el socialismo y el exmandatario dando un paso al costado antes de saber si el PPD logrará cumplir con la meta del refichaje, el nuevo problema que se presenta tiene que ver con cálculos políticos que no cuadran con la unidad que el oficialismo necesita para enfrentar a la derecha el 19 de noviembre.

«Dejamos de ser un partido de centroizquierda para buscar la izquierda, lo que las bases querían desde hace mucho, pero que deja a la socialdemocracia presa y huérfana de sus propios errores», sostiene un conocido dirigente. «Lagos no merecía que el PS le diera vuelta la espalda», alegó el presidente de la Cámara Baja, Fidel Espinoza. «El desorden en la Nueva Mayoría favorece a Piñera», lamentó Insulza.

Y cómo no, si con Lagos fuera de carrera la Democracia Cristiana se retiraría automáticamente de la primaria y llevaría a Carolina Goic directo a la primera vuelta, decisión que se sabrá antes de la junta nacional de fines de mes.

La coyuntura, que era esperable en todo caso, de acuerdo con los más pesimistas marcaría el fin de la NM y el consiguiente triunfo de Chile Vamos.

Dicho de otra forma, sin Goic y sin Lagos, a Guillier, que declaró en una oportunidad que si no había primarias no se presentaba de candidato, ahora no le quedará otra alternativa que extender su campaña hasta fin de año.

«O construimos una coalición de centroizquierda 2.0 o un proyecto más bien de izquierda, y ahí la DC queda fuera», advirtió la senadora magallánica (ver entrevista).

A su turno, Jorge Pizarro, senador y exlíder de la falange, explicó que enfrentarse a dos bandas en noviembre supone el «término del acuerdo programático» que se firmó en 2013.

En tanto, el diputado Pablo Lorenzini cree que es inviable competir con dos abanderados en la primera vuelta.

«Siempre hubo sectores a los que les gustó esa posibilidad. Yo no. Creo que la primaria es el barómetro para medir nuestro liderazgo. Por eso se activó la campaña de Goic en los últimos días, a la espera de la decisión que tomara el PS y pensando en la junta nacional del próximo 29 de abril, donde se resolverá la postura final del partido», nos señaló.

«Para la DC no tiene sentido ir a perder a una primaria contra Guillier. Por lo tanto, lo que le va quedando es negociar un acuerdo electoral para el ítem parlamentario», comentó a Cambio21 el analista de la Universidad Central Marco Moreno.

Según el docente, una eventual contienda con Goic de protagonista en la primera vuelta «no le afecta tanto a la NM. No hay que olvidar que el piso de apoyo de la coalición es lo que marca el gobierno de Michelle Bachelet en las encuestas, que no es mucho».

¿Qué queda para el gran dañado que es el PPD? Su timonel Gonzalo Navarrete dio inicio a una fase de conversación «abierta» con sus pares del bloque mientras pasa el chaparrón.

En punto suspensivo queda el PC, que está en tratativas con el PRO, y que deberá deliberar entre Guillier, con el que admite simpatías, y Marco Enríquez-Ominami, lo que sería un golpe impensado. De todas formas, los comunistas van a esperar el término de la reinscripción de firmas antes de tomar su definición.

Superado el posible trauma que conlleva la suspensión de la primaria, no quedará más remedio que elaborar una fórmula parlamentaria que deje a todo el mundo contento. Se habla de dos listas como máximo, pero con la amistad cívica y las confianzas bastante dañadas.

El germen

En vez de consolidar un espíritu de unidad absoluta en torno a la primaria de Chile Vamos tras la bajada de Lagos, en la derecha se instaló una duda razonable respecto de la continuidad y utilidad de este proceso.

Primero fue el senador Iván Moreira y luego la mandamás de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe, que si bien dijo que en la casona de Suecia 286 están alineados con Sebastián Piñera, de igual manera reconoció que no miran con desagrado una primera vuelta con todos los candidatos disponibles, para que así sea el balotaje el que resuelva todo.

En concreto, un grupo pequeño del gremialismo que no adhiere al exmandatario (agricultores y «familia militar») está trabajando para que el exmilitante José Antonio Kast consiga instalar su nombre en calidad de independiente.

Ignacio Urrutia, diputado que hasta hace poco estaba con el legislador por La Reina, comentó a Cambio21 que «si Piñera va solo de candidato, los que no están con él no irán a votar el 19 de noviembre. Si va Kast, ellos puede que no voten por Piñera, pero sí lo harán en la parlamentaria, que a final de cuentas es la elección más importante».

«La UDI no tenía candidato hasta hace poco. Sin embargo, desde que la directiva proclamó a Piñera es una obligación ponernos detrás de él», agregó.

Mirando los números, se sabe que no está en riesgo la ventaja del empresario, aunque se agrega un factor de suspenso en un eventual triunfo en primera vuelta, por cierto, aprovechando la dispersión de votos de la izquierda que ya está provocando en los sondeos la irrupción de Beatriz Sánchez (Frente Amplio).

Renovación Nacional y Evópoli (con Felipe Kast a la cabeza) insistieron en la necesidad de concretar la primaria, a la vez que el senador Manuel José Ossandón, que es el rival que más cuestiona a Piñera, ratificó que no se retirará «a pesar de las 40 mil firmas» que podría utilizar para presentarse por fuera.

Eso sí, junto a Felipe Kast exigen debates para equiparar la cancha ante el poderío mediático y de las cúpulas que tiene el exgobernante.

Para evitar los desmarques, Pablo Longueira, exsenador y fundador de la UDI, se hizo acompañar de Piñera en el último fin de semana previo al término del refichaje.

El problema es que Pablo Terrazas, vocero de la agrupación, declaró que «falta información», tanto para confirmar como rechazar la elección de julio. «Hay que evaluarlo y no se descarta nada», espetó.

Corolario: en la derecha luchan para que los «outsiders» no conquisten a los desencantados de Chile Vamos. Uno de ellos es el economista Franco Parisi, que está de vuelta al ruedo (sacó el 10% en 2013 y fue una dura amenaza para la abanderada de entonces, Evelyn Matthei). El otro es J.A. Kast, quien ha ocasionado tensos momentos con sus ex-colegas de partido.

El tema es que ante un clima de desorden generalizado, tal vez una elección más dividida aún, con muchos rivales en la papeleta, consigue darle forma al verdadero estado de la política. Y todo gracias al «chascarro del PS», como sentenció el Cote Ossandón.

Quién lo diría, se instaló el germen

RECUADRO

Sismo y sisma»

Pablo Lira, analista y académico, expresó que el retiro de Lagos y el apoyo del PS a Guillier «es un sismo al interior de la Nueva Mayoría».

«Hay que ver la reacción que tendrá la Democracia Cristiana. Goic dijo que si Lagos no era candidato irá a primera vuelta sí o sí. Si eso ocurre, se produciría una crisis mayor, teniendo en cuenta lo que podría generar el Frente Amplio en la izquierda más dura del oficialismo, como el PC», manifestó para esta crónica.

«Podría producirse un sisma y un quiebre interno por la fuga de votos y por la pérdida de una figura tan emblemática como la de Lagos», añadió.

A juicio del investigador, si el socialismo se cuadraba con el expresidente, «eso daba una señal de que la candidatura de Guillier no era sólida en cuanto a su estatura dentro de la NM».

-El unificador

Mauricio Morales, experto Mi electoral de la Universidad de Talca, habla de «guerra civil» y nos manifestó que «Lagos es más relevante hoy que cuando era candidato».

«Si el expresidente le da el espaldarazo a Goic, como pareció esbozar en su discurso (de renuncia) contra la derecha restauradora y el populismo (por eso Guillier ha sido criticado), uno esperaría que le entregara el apoyo a Goic», comentó.

«Si ese respaldo de Lagos obtiene a cambio que la DC vaya solo a primarias, él podría transformarse en el unificador de la centroizquierda, aunque sea a la fuerza. Y eso aseguraría que la NM tenga un solo candidato en la primera vuelta de noviembre», agregó.

-«Tienen que unirse otros astros»

EI decano de la facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo, Eugenio Guzmán, sostuvo que es «prematuro» que Lagos le entregue el apoyo a Goic, lo que no significa que termine ocurriendo en un futuro próximo. «Tienen que unirse otros astros», ironizó.

«Lo que pasó genera un efecto dominó, en el sentido que hay que resolver este asunto rápido o al menos no correr riesgos innecesarios. Además, que parecería una revancha o venganza de Lagos, como quiera que se le mire y con todos los argumentos que se pongan sobre la mesa», expresó a este medio.

Proyectando la potencial competencia entre Goic y Guillier, el analista dijo que si la Nueva Mayoría «va en dos listas separadas no hay otra alternativa, porque no les quedará otra que defender con dientes y muelas los candidatos de cada partido. Es decir, ser prioridad en alguna parte».

«Pero si van en una sola, sería difícil y muy complicado. Es un mensaje un poco ambiguo, dado que sabemos que ‘en la segunda vuelta depara más sorpresas que la primera vuelta, que si es de verdad generará roces entre un grupo y otro», sentenció

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