Señor Director: Todos nos enteramos antes de la fecha del censo y durante el día del censo, que comunidades de la región de La Araucanía no aceptarían ser censados; algunos de sus líderes agregaron que eran autónomos y no respondían al Estado de Chile.
Junto a lo anterior, he escuchado a varias autoridades tratando de disminuir la gravedad de estos hechos y dichos, partiendo por el Sr. Ministro del Interior señalando que esto es un problema de quinientos años y que no utilizaría la fuerza del Estado para entorpecer el censo.
Quisiera señalar que la autoridad del Estado y la obligación de hacer cumplir la ley en todo el territorio de la República es su obligación constitucional y no está señalado que esta obligación se pueda relativizar de acuerdo al criterio de la autoridad, pero no es sólo la rebeldía frente al censo lo que sucede en la Araucanía, es la violencia organizada diaria y la falta de Estado frente a esta lo que preocupa. Las mesas de trabajo no pueden reemplazar a la acción del Estado y el Estado no puede ceder soberanía por incapacidad política para actuar. Ejemplos de ello están en países cercanos y que han costado miles de muertos y desplazados.
Cuando hacemos abstracción de los problemas reales y los disfrazamos para no enfrentarlos, se cae en abandono de deberes, pero el problema es que es el Estado de Chile el que se resiente y es a ese Estado al que hay que cuidar ya que es de todos, incluidos los mapuches que quieren salir del Estado. Mientras más tiempo se tomen negando lo que ocurre, más grave es el problema a solucionar. Se partió con que eran hechos aislados, con robo de madera, con violencia rural y hoy con no permitir el ingreso del Estado de Chile a sus comunidades. ¿Qué esperamos?
Jorge Sanz Jofré, Académico UDD.