«Nada es imposible». Franco Parisi está de vuelta. El economista volvió a Chile golpeando la mesa y lanzando duros dardos en contra de los sectores políticos tradicionales. Tal como lo hizo años atrás.

Frente al Centro Cultural del Palacio de La Moneda, oficializó su campaña presidencial apoyado por cuatro partidos: Democracia Regional; Unidos en la Fe; Anticorrupción y Poder de la Gente y Chile Te Cuida. Un momento propicio donde no existe la mesura, las promesas abundan y el optimismo se confunde con el idealismo.

A grandes rasgos, Parisi planteó reducir los sueldos fiscales, desde el del Presidente de la República a $5 millones de pesos, mejorar las pensiones básicas solidarias, medidas en créditos hipotecarios, bajar el IVA a los remedios, entre otras medidas.

Con esto, es la segunda vez que el perseverante Parisi intentará gobernar un país que en su primera expedición como candidato presidencial, lo dejó relegado en la primera vuelta en el cuarto lugar con el 10,11% de los votos. Estamos hablando de las elecciones del 2013. Tras esto, ha pasado bastante «agua bajo el puente».

«Yo creo que me hizo bien perder. Me permitió madurar. Tuve una vida afortunada, lo que tocaba lo transformaba en, no en oro, pero si lo transformaba para mejor y aquí me golpearon, me tiraron al piso y me pisotearon. Lo hicieron muy bien, los felicito. Pero se equivocaron en algo: no me mataron, lo digo simbólicamente» fue parte del mea culpa de Parisi en una entrevista realizada en febrero de este año al diario La Tercera.

«Fui muy inocente, no sabía la importancia de lo que estábamos haciendo. Nosotros llegamos a tener el 10%. Fue significativo y lo hicimos con el poder de la gente, con voluntarios. Nos equivocamos y cometimos errores, por supuesto que sí, estábamos solos, estábamos solos contra los poderes fácticos y no fácticos en Chile» aseguró el economista, retrocediendo la máquina y recordando aquellos convulsionados tiempos donde se imaginaba caminando por los patios de La Moneda.

Pasado cuatro años desde entonces, Parisi recargó pilas y así lo demostró en su proclamación este 04 de abril de 2017, asegurando «que no le debemos favores a ningún partido político y a ningún grupo económico». Pero sus dardos fueron aún más allá, diciendo que «hay algunos políticos que ya se vendieron. Nosotros no nos vendimos, a nosotros no nos compraron y nosotros no nos vamos a vender, ya nadie nos va a comprar» enfatizó tajantemente en la ceremonia.

El economista está claro que le van a pegar y bastante. Incluso más que en 2013, donde posteriormente se autoexilió en Estados Unidos y vivió duras polémicas, como la acusación de acoso sexual en contra de una alumna mientras ejercía como profesor en la Escuela de Negocios de la Texas Tech University en el año 2015. Un episodio que quedó atrás para Parisi pero que tendrá que sacar a colación y bastante en esta matanza presidencial.

«Eso fue un reclamo que hubo, pero la universidad nunca me llamó a mí, así que fue un reclamo unilateral. Pero eso fue en el 2015, y el 2016 estuve dando clases muy tranquilamente. De hecho, renuncié en septiembre a la Universidad de Alabama por otros proyectos» señaló en su momento el actual candidato presidencial sobre el delicado tema.

Sin embargo, y más allá de eso, Parisi recae en un Chile muy distinto al que se fue hace cuatro años atrás. En 2013 de cierta forma fue el caudillo opositor de los dos grandes sectores políticos nacionales, la izquierda y la derecha. Era una cara fresca que a través de redes sociales y logrando una tímida empatía con la juventud pudo sortear varios obstáculos.

Pero hoy en día, Parisi tiene «tarea doble» porque la existencia del Frente Amplio y las sorprendentes apariciones de Alejandro Guillier y Beatriz Sánchez en el escenario político, dificultarán aún más estos «nuevos aires» que desea implementar en Chile, tal como lo señaló durante su proclamación como candidato presidencial.

Una lástima, ya que los expertos no le tienen fe a Franco. Para Alejandro Olivares, cientista político del Instituto de Asuntos Públicos (INAP) de la Universidad de Chile, el tema está claro.

«La vez anterior era un candidato que con su estilo muy particular, refrescaba el sistema político, daba cercanía a la ciudadanía. Hoy quien entrega más cercanía es Beatriz Sánchez y Alejandro Guillier. Uno podría pensar que Parisi es una persona que le tomó el gusto a la figuración mediática y que es capaz hoy de relanzar una candidatura presidencial que no tiene elementos novedosos, muy pocas propuestas, van a girar entorno a lo que él piensa y cree y que es bastante personalista» señaló en conversación con Emol.

En la misma línea, el académico Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo (UDD) Miguel Ángel Fernández, indicó que «comparativamente Franco Parisi tuvo una ventaja el año 2013, primero con una candidata de centroderecha muy debilitada como Evelyn Matthei. En segunda parte, era una figura novedosa, nueva y fresca. Pero ninguno de esos dos atributos está presente en esta elección 2017».

Franco tendrá que pelear contra todos para ganarse nuevamente un lugar dentro de la convulsionada y salvaje carrera presidencial que se avecina. Una nueva etapa en la cual estará acompañado del partido evangélico, «Unidos en la Fe», que buscará los votos de ese selecto grupo que compone el país. A pesar de no ser evangélico, Parisi cree en Dios, y tuvo su acercamiento con dicha rama debido a la enfermedad que sufría su padre. Tras continuas oraciones, su padre logró mejorarse.

«Queremos tantas cosas, pero no lo podemos hacer solos: lo queremos hacer primero pensando en Dios, que nos ayude» fueron las primeras palabras de un perseverante Franco Parisi, que pretende nuevamente abrirle los ojos a los chilenos en una época donde la palabra y el entusiasmo ya no bastan para restablecer el bien más preciado que en estos momentos se encuentra totalmente en el suelo. Volver a generar confianzas.

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