El Comité Central del Partido Comunista Chino acaba de anunciar que las parejas chinas podrán tener un segundo hijo sin condiciones. La antigua política del hijo único tuvo éxito en limitar casi 400 millones de nacimientos, según estimaciones del gobierno chino. Sin embargo, como se viene analizando hace años, también tuvo consecuencias graves en términos del envejecimiento de la población y en provocar un gran desequilibrio de género, donde existen 34 millones más de hombres que mujeres.
En 2013 se aflojó la política y se permitió un segundo hijo, siempre y cuando uno de los cónyuges fuera hijo único. Pero la prohibición por décadas, junto a los mayores niveles de educación e ingresos salariales, y un costo de vida más alto también han provocado que menos parejas estén dispuestas a tener un segundo hijo, demostrándose en que entre noviembre de 2013 a la fecha, las solicitudes para tener uno fueron bastantes menos de lo que se esperaba.
Habrá que esperar un par de años para ver los resultados de esta medida, pero pareciera que el gobierno de China tendrá que entregar más de un incentivo para que un segundo hijo pueda acompañar a los «pequeños emperadores».
Carta publicada en La Tercera 02/11/2015