Olga Pizarro, ingeniera comercial y académica de la Universidad del Desarrollo, conversó con mujeres destacadas de la región del Biobío sobre las desigualdades de género que persisten en nuestro país, principalmente en el ámbito laboral
“Igualdad de género: el desafío de convertir el discurso en realidad” fue el título de la exposición que realizó la académica y experta en temas de género, Olga Pizarro. El encuentro gestionado por la Facultad de Gobierno contó con la presencia de mujeres profesionales, directoras de empresas, autoridades del sector público y emprendedoras de Concepción; quienes destacan por el éxito alcanzado en el área en la que se desempeñan.
La investigadora comenzó su exposición entregando los datos de empleabilidad femenina en Chile y su contraste con países más desarrollados, destacando que, si bien hemos mejorado con el paso de las décadas, es mucho el camino que nos queda por recorrer para afianzar la igualdad en esta materia. Pero la consecución de este objetivo no es un tema de mera subsidiariedad, puesto que la igualdad de género, sobre todo en el ámbito laboral, tiene un impacto directamente proporcional en la productividad de un país, señaló la expositora. En consecuencia, para que el país consolide una economía inteligente que tienda al desarrollo es necesario hacerse cargo de este punto.
No obstante, existen ciertas trabas que impiden avanzar hacia una equidad entre hombres y mujeres, siendo una de las principales la persistencia de estereotipos en nuestra sociedad. Por ejemplo, se acostumbra a diferenciar los juguetes que son “para niños” de los que son “para niñas”, encasillando a los individuos desde la infancia en roles delimitados y sumamente rígidos que no tienen relación, necesariamente, con la capacidad o el potencial que tiene cada persona. Es por este motivo que aún existe una distribución poco homogénea en las distintas profesiones, siendo las ingenierías un rubro marcadamente masculino.
Finalmente, tanto la expositora como las demás asistentes concordaron en que es necesario un equilibrio en el tema de género, puesto que las diferentes características que poseen hombres y mujeres son complementarias. Para esto, es vital que la educación propicie desde el nivel primario un ambiente de igualdad, donde los estereotipos no determinen el futuro de los niños.