En el estudio realizado por los doctores P. Billeke y F. Zamorano del CICS junto a investigadores de la P. Universidad Católica de Chile y del Instituto Psiquiátrico Horwitz Barak exploraron los mecanismos neuronales asociados a la interacción social y publica hallazgos relevantes para la elaboración de terapias de rehabilitación de habilidades sociales en pacientes con esquizofrenia.
En el estudio realizado por los doctores Pablo Billeke y Francisco Zamorano del Centro de Investigación de Complejidad Social (CICS) de la Facultad de Gobierno, junto a otros investigadores de la P. Universidad Católica de Chile y del Instituto Psiquiátrico Horwitz Barak, se prueba la hipótesis de que las deficiencias en las habilidades sociales que tienen las personas que padecen de esquizofrenia están relacionadas a alteraciones en la capacidad de predecir o anticiparse al comportamiento de los demás durante una interacción social. Junto con esto se identificó la actividad cerebral particular que se relaciona con formación de las expectativas que generan las apersonas respecto de la manera en la que otros se van a comportar.
El artículo titulado “Paradoxical expectation: Oscillatory brain activity reveals social interaction impairment in schizophrenia” fue aceptado para su publicación en una de las más reconocidas revistas de Psiquiatría a nivel internacional, Biological Psychiatry, que está indexada en la base de datos Web of Science (WOS y ex ISI) y tiene un factor de impacto de 9.4 situándose 5ta entre las revistas de psiquiatría indexadas en WOS.
Los hallazgos de la investigación profundizan los conocimientos actuales sobre los mecanismos biológicos de las alteraciones sociales que presentan los pacientes con esquizofrenia. De esta forma, estos resultados ayudarían a elaborar terapias de rehabilitación de la habilidades sociales tanto conductuales como de intervenciones biológicas, por ejemplo, usando procedimientos de estimulación cerebral no invasiva dirigida a la actividad cerebral asociada a la función alterada.
La metodología de la investigación consistió en monitorear la actividad eléctrica cerebral y el comportamiento de 25 personas sanas y 20 personas con esquizofrenia mediante un electroencefalograma mientras jugaban el juego del ultimátum (un juego de negociación social basado en la Teoría de Juegos). Para esto se utilizó un computador donde los participantes jugaban bajo dos escenarios: diciéndoles que estaban jugando con otra persona en línea y diciéndoles que jugaban con un computador.
Se observó que las personas sanas al creer que estaban jugando con otra persona, cedían menos en la negociación (manteniendo sus ofertas) que al creer que jugaban con el computador. Esto revela que cuando se enfrenta a otra persona, los participantes tienen la expectativa de que la otra persona ceda algo también durante la negociación. Esta expectativa sobre la conducta de las otras personas se correlacionó con una actividad cerebral específica (actividad oscilatoria en banda alpha).
Por el contrario, las personas con esquizofrenia presentaron patrones opuestos de comportamiento y de actividad cerebral en ambos escenarios: al creer que estaban jugando con personas, no se registró la misma actividad cerebral que en las personas sanas. No obstante, al creer que jugaban con el computador, se identificó una actividad cerebral similar a la que los sujetos sin esquizofrenia registraron cuando pensaban que jugaban con otras personas. En cuanto a su comportamiento, se observó que apostaban más alto y cedían menos con el computador que con las personas, dando cuenta de una alternación en la capacidad de predecir el comportamiento de otros junto con una alteración en ajustar expectativas en relación a agente no sociales, en este caso, el computador.
Este estudio se enmarca dentro de la línea de investigación “Neurociencia y genética del comportamiento social” del CICS, que entre otras materias se enfoca en las diferencias en los comportamientos social complejos como la cooperación y la negociación entre personas sanas y pacientes psiquiátricos, identificando sus patrones de actividad cerebral mediante diferentes técnicas como electroencefalografía, resonancia nuclear magnética y estimación magnética transcranial.