El Estudio de Drogas en Población Escolar realizado por el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda), arrojó que los menores que estudian en educación media y que reconocieron el consumo de cannabis sativa pasaron de un 19% en 2011 a un 30% el año pasado. Asimismo, la percepción de riesgo frente a esta droga bajó de un 48% en 2011 a un 21% en 2013. No es trivial. A la luz de la investigación de Dórr et al. (2014), el consumo de cannabis antes de los 17 años se asocia a daños neurológicos, teniendo efectos negativos en la construcción de proyectos a futuro, lo que no sucedería entre mayores de esa edad.
Extraña que una sociedad que diferencia en el alcohol, el tabaco o las relaciones sexuales entre mayores y menores de edad, respecto de la marihuana y otras drogas ilegales regule sólo sobre la base de su prohibición sin distingo. El mismo estudio muestra para dicho período una baja en el consumo de tabaco entre adolescentes.
Antes de abrir un debate sobre si es legal o no consumir, hay que priorizar el problema del consumo de menores, cuyos datos son los más elocuentes.
31/07/2014