Ha llamado la atención que en un espacio político-económico exitoso, como la Unión Europea (UE), hayan obtenido importantes resultados grupos asociados a populismos de izquierda y de derecha. Hace algún tiempo aparecieron reclamos por los europeos del Este que ocupaban grandes espacios en las principales ciudades occidentales y alteraban la dinámica del trabajo; es decir algo está pasando en Europa que va más allá de la crisis, pero motivado por la crisis.
Las obligaciones que impone una supranacionalidad a sus asociados y que no tiene responsabilidad directa en el ciudadano común ha afectado las posibilidades del Estado tradicional para adoptar las medidas necesarias, de acuerdo con sus ciudadanos. Este resultado es una dura respuesta a la falta de sensibilidad social en un espacio en que lo destacable de él es esa condición benefactora que va quedando atrás, sin embargo, las medidas adoptadas han rescatado a la UE de las profundidades de la crisis.
El resultado puede llevar la crisis a otra dimensión que va más allá de lo económico, y tal como lo planteamos, se acerca a la xenofobia, a tomar medidas contra la inmigración, especialmente africana, y a la inestabilidad propia del populismo.
Es de esperar que la UE adopte las correcciones necesarias para que los euroescépticos que triunfaron no destruyan un experimento exitoso.
09/06/2014
Facultad de Gobierno
Carrera de Ciencia Política y Políticas Públicas
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