«El Mercurio» informó ayer que Codelco en los últimos cuatro años ha entregado US$ 387 millones en bonos a sus trabajadores, en línea al parecer con lo que ofrece la minería privada a nivel mundial. No hay que olvidar que en esta industria es donde existen los sindicatos más fuertes en comparación con otras industrias, y que de paso están en manos de grupos políticos muy determinados, los cuales abogan —entre otras cosas— por la estatización de otros factores productivos o la sindicalización interempresas.

Si a esto sumamos el espectáculo que ofreció una parte minoritaria de los sindicatos portuarios, el cual generó perjuicios millonarios al sector exportador, resulta razonable preguntarse cuál es el aporte que ofrecen los movimientos sindicales chilenos al país. Los montos que manejan los trabajadores del cobre ya lo quisiera un profesor y cualquier empleado medio de nuestro país y resultan un escándalo para el sentido común. Para qué decir sus mecanismos de negociación.

En un país donde se repiten de manera majadera nuestros índices de inequidad resulta paradojal que quienes enarbolan las banderas de la igualdad actúen como un grupo de interés más persiguiendo su propio beneficio.

Si el gobierno entrante tiene considerado fortalecer la negociación colectiva, será importante incluir objetivos comunes y mecanismos razonables, que no terminen por colapsar sectores productivos por el bienestar de unos pocos.

Publicado en El Mercurio, 06-03-14

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