Tenemos noticias que en la comisión mixta de nuestro Parlamento se alcanzó un acuerdo para regular la actividad del lobby. Esto es de suma importancia toda vez que vemos cómo aumentan las demandas de la ciudadanía por instituciones más trasparentes que nos permitan inferir para quién trabaja quien.

Y es que en un sistema democrático el lobby es una práctica deseable, si los intereses particulares no son rivales con ei interés general de la comunidad y, por lo mismo, es una práctica legítima hacer ver y valer esos intereses a las autoridades que nos representan.

Pero más deseable aún es que recuperemos la confianza en instituciones, de las que existe la presunción que han sido permeadas por grupos de interés, que no permiten concretar agendas legislativas que tengan el foco en el interés general del país. Por lo mismo, es interesante la solución de ir creando un registro de lobistas sobre la base de las agendas de los legisladores ex post, para evitar que agentes de lobby no figuren registrados en listados ex ante. Llama la atención sin embargo que hayan pasado ya 10 años para llevar adelante una Ley, de la que tenemos antecedentes de su existencia hace más de 100 años.

Publicado en Diario Financiero el 17 de Enero del 2014.

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