Arturo Arriagada, PhD(c) de la London School of Economics y académico UDP
—¿Qué importancia tiene la participación juvenil en las elecciones?
—Esta elección aparece como una oportunidad para que quienes viven diariamente los problemas relacionados con el sistema educacional universitario puedan hacerse parte de una agenda de reformas y/o cambios. La buena señal la han dado los líderes del movimiento que optaron por hacer los cambios desde la institucionalidad y la representación de las diversas demandas en el Congreso. El cambio generacional e ideológico que representan es reflejo de una forma de participación juvenil que muchos quieren entender e interpretar, pero están lejos de lograrlo porque las matrices teóricas e ideológicas que intentan aplicar sólo opera desde la política entendida como costos y beneficios de poder.
—¿Qué se podría hacer para aumentar la participación?
—Hay que entender la participación no solamente como el “ir a votar”, sino también como una forma de expresión e intercambio de ideas con otros, sentirse parte de una comunidad, etc. Formar ciudadanos es una dimensión que debiera tener un lugar fundamental en la formación escolar.
Sebastián Valenzuela, PhD de la Universidad de Texas en Austin y académico PUC
—Según la 7ma encuesta juvenil del INJUV, un 45,7% de los jóvenes considera que las votaciones no son factor de cambio, ¿cómo entender ese fenómeno?
—Lo que se está diciendo son varias cosas. Una, que votar no necesariamente es el mecanismo de participación más efectivo (o rápido o eficiente) para conseguir cambios político o de política pública. Y otra, que si se quieren cambiar las bases de la institucionalidad y el sistema político actual, es mediante la protesta (y no el voto) el camino (puesto que votar es reconocer la legitimidad del sistema representativo). Y, finalmente, es una manifestación de la poca autoeficacia política de muchos jóvenes: por un lado, no sienten que la clase política elegida mediante el voto responda a sus demandas, y por otro lado, su escasa educación cívica no los convierte en ciudadanos competentes capaces de valorar o entender las elecciones.
—¿A qué se debe que un 61,4% (de la misma encuesta) de los jóvenes cree que las redes sociales son mejor herramienta que el voto para dar a conocer demandas?
—Las redes sociales facilitan tanto la participación política convencional como la no convencional, puesto que reducen los costos de mantenerse informado, fomentan la discusión entre pares, y permiten un tercer tipo de participación política: la participación expresiva, esto es, la posibilidad de dar a conocer de manera gratuita y amplia demandas ciudadanas. Votar, en cambio, es un acto que ocurre una vez cada tantos años. No sorprende, entonces, que muchos jóvenes tengan un mayor aprecio por las redes sociales que el voto.