El último tiempo se mencionó de diversas formas la importancia de captar el voto de centro. Por los resultados de las primarias, parece que ese centro no existe.
Michelle Bachelet, representante del sueño asambleísta, y el conservador Pablo Longueira no represen¦ tan ese centro. La DC tiende a desaparecer cada vez que traiciona sus principios social cristianos acercándose al PC. Velasco, la gran sorpresa, sacó un poco más de la décima parte de lo que hoy suma la Nueva Mayoría.
Es decir, los liberales e independientes de la Concertación también desaparecen.
¿Será en la primera vuelta cuando el centro se exprese? ¿O es una quimera y lo que tenemos son ciudadanos que no se identifican del todo con nuestra clase política? Con el voto voluntario se ha confirmado lo difícil que es hacer predicciones. El domingo votó más gente que la esperada y para la primera vuelta habrá nuevos nombres, lo que si bien introduce un mayor grado de incertidumbre, es sólo hasta cierto punto. Michelle Bachelet marca una clara diferencia en estas elecciones, incluso dominando en localidades devastadas por el terremoto como Dichato. Por lo mismo no extraña que en la centroderecha haya ganado el sector con más convicciones.
También queda plantearse qué hay detrás de Michelle Bachelet, quien sin decir mucho arrasó. Quizá esto sea un indicio de lo que se viene: una lucha, más que por el centro político, por poner sobre la mesa las convicciones de dos sectores de la sociedad, que ya muestra signos de polarizarse.
Publicado en diario La Tercera el 2 de Julio del 2013.