Me preocupa el pánico que ha existido -principalmente por parte de los directores- ante la posibilidad de eliminar la selección de los Liceos Bicentenario y otros emblemáticos, llegando uno de ellos incluso a ofrecer su renuncia en caso de que esta idea se formalice. Es paradójico que no mantengan las expectativas elevadas cuando se sabe que en estos establecimientos se ha realizado un trabajo específico y de calidad, que les permite contar con mejores directores, docentes y una cultura basada en la excelencia que otros colegios municipales soñarían tener.
No dudo que si se continúa con el estándar que actualmente se ha mantenido, y se genera un exhaustivo proceso de selección -esta vez a nivel docente y directivo- se mantendrán los buenos resultados, independiente de quién sea el alumno que está en la sala de clases. Si esos colegios de verdad son considerados una oportunidad de formación para los miles de jóvenes y familias que buscan una alternativa de excelencia, ¿por qué los alcaldes y directivos no asumen esta posibilidad como un desafío estratégico para sus comunas? El primero que logre integrar con éxito a todos los jóvenes, independiente de sus características académicas de origen, será el que más méritos y aplausos logre a nivel de sociedad por el valor agregado que ofrece.
10/04/2014
Facultad de Gobierno
Carrera de Ciencia Política y Políticas Públicas
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