Uno de los mayores legados que nos dejará el gobierno del presidente Sebastián Piñera, y que ya podemos reconocer en la hora de los recuentos, ha sido la capacidad de «reconstrucción» en un sentido amplio del término.

Así lo reconoce el informe «Housing Recovery in Chile: A Qualitative Midprogram Review», el cual resalta varios factores que hicieron posible el exitoso programa ejecutado por el Ministerio de Vivienda, entre ellos, la existencia de «voluntad política».

Asimismo, se reconstruyeron los indicadores más importantes de la economía (para disgusto de los igualitaristas) que son el crecimiento y el empleo.

Todo, sin una gran reforma ideológica a las que no tienen acostumbrado los políticos profesionales. Como si fuera poco, se avanzó en la trasparencia gubernamental, la gestión de la información del gobierno y en libertades civiles, como el voto voluntario o poner en la agenda el AVP.

Incluso este gobierno, frente a una recaudación fiscal mucho mayor y que impulsó un gasto social histórico entrega un Estado más pequeño en términos relativos. De seguro que este año veremos nuevas obras públicas que fueron diseñadas más allá de la cuestión electoral. Mientras, las expectativas del mercado ya muestran los primeros indicios del cambio de rumbo que se viene.

Publicado en Diario Financiero, 06-03-14

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