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Conversatorio abordó los desafíos políticos y éticos a 80 años del fin de la Segunda Guerra Mundial

Académicos abordaron los impactos éticos, filosóficos y políticos del conflicto, invitando a pensar cómo este hecho histórico sigue marcando al mundo contemporáneo.

La Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo realizó el conversatorio “A 80 años del fin: Legados Éticos y Desafíos Políticos de la Posguerra”, instancia que reunió a académicos de distintas disciplinas para reflexionar sobre las consecuencias que dejó la Segunda Guerra Mundial en la filosofía, la política y la vida en sociedad.

La actividad contó con las exposiciones de Miguel Orellana, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile y Doctor en Filosofía; la Dra. Paula Calderón, académica de la Facultad de Gobierno UDD y también Doctora en Filosofía; la instancia fue moderada por Guido Larson, académico de Gobierno UDD.

En sus palabras iniciales, Larson destacó la relevancia del encuentro al señalar que “la ocasión tal vez de este encuentro es primero indagar en el efecto a nivel del pensamiento, de la epistemología, del desarrollo de la filosofía con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial. Es un conflicto que terminó con la vida de millones de personas y dejó un marco que aún persiste, como el surgimiento de Naciones Unidas y el sistema internacional de derechos humanos”.

Desde la filosofía, Paula Calderón planteó que la Segunda Guerra Mundial debe entenderse desde múltiples dimensiones: “La tecnología avanza a pasos agigantados y la capacidad del ser humano de pensar va mucho más lenta. Muchas veces miramos la historia desde los grandes nombres, pero como plantea Hannah Arendt, también es importante mirar las biografías menos conocidas, de personas comunes, para comprender cómo se vivieron esos momentos de oscuridad”.

Por su parte, Miguel Orellana cuestionó los límites del pensamiento crítico frente a la magnitud de los hechos ocurridos en Europa durante el conflicto: “La Segunda Guerra Mundial es una gran bofetada para quienes creen que la educación por sí sola garantiza sociedades críticas y libres. El horror ocurrió en Alemania, el país más educado de Europa. Eso obliga a repensar el papel real de la filosofía y la formación”.

El académico añadió que, frente a los desafíos políticos del presente, se requiere avanzar en nuevos lenguajes universales que permitan el entendimiento entre culturas diversas: “Es absolutamente imperativo que tengamos el equivalente a unas Principia Mathematica para los fenómenos normativos, un lenguaje común en el que las personas formadas de distintas culturas puedan dialogar y construir entendimientos compartidos”.

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