SEÑOR DIRECTOR:
La semana anterior, y ante la ola de crímenes y violencia, se planteó muy fuertemente la idea de imponer Estado de Sitio, traspasando la responsabilidad del problema a la Defensa Nacional.
La sola idea de la salida de los militares a la calle dejaba ver la falta de herramientas para enfrentar el problema real o la necesidad de desviar la atención del problema central.
El fin de semana la solución fue la apertura de las cuentas corrientes, algo que no se sostiene ya que rompe un derecho humano afectando un soporte base de la política actual.
Hoy la solución a la criminalidad es la construcción de una cárcel de alta seguridad y la consecuente discusión respecto de dónde se construirá, antes de empezar a contar los años para asignar su construcción y para tenerla lista.
Mirando esto como un simple ciudadano, surge la duda respecto de la voluntad real de solucionar el problema, de la capacidad para enfrentar el problema o de la urgencia de convocar al Ministerio del Interior y a toda la estructura creada para combatir, prevenir, enfrentar, perseguir el delito, a personas que contribuyan con nuevas capacidades e ideas y generar el cambio necesario en los equipos, dado que seguir haciendo lo mismo traerá los mismos resultados.
Ya no es posible enfrentar esta magnitud de amenaza con discursos y temor, es preciso comprender que para recuperar el control del espacio público, hay que levantar mayores capacidades que el crimen “organizado” Mientras esto se resuelve en los pasillos gubernamentales y considerando la realidad de lo que sucede en Chile sin mirar las estadísticas de otros países, se pueden implementar expulsiones, el cierre de Colchane o el control real de la frontera, juicios abreviados, pensar en el bien común de los chilenos, entregarles herramientas a las policías para actuar antes y no después, implementar un sistema de inteligencia con expertos por sobre cuotas partidarias, establecer tribunales especiales, y un largo etc.
Jorge Sanz Jofré
Académico Universidad del Desarrollo
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