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El Mercurio | Carta al director de María José Dominguez: ¿Pagar o no el CAE?

Señor Director:

En 2017 la morosidad del CAE alcanzaba al 29,3%. Seis años después, en 2023, se elevó a 53,9%. Habría que preguntarle a ese casi medio millón de personas por qué si estaban pagando su deuda, en algún momento dejaron de hacerlo. Seguramente, a algunos la pandemia les afectó su capacidad de pago. Otros, que solo pagaban por no mantenerse deudores en el Boletín Comercial, dejaron de pagar con la promulgación de la Ley 21.214 de 2020, la cual prohíbe informar esa deuda para tales efectos. Y hay otro porcentaje que dejó de pagar por la oportunidad que se abrió al asumir el Presidente Gabriel Boric y su bullada promesa electoral de condonación del CAE.

Al final de cuentas, las personas respondemos a incentivos. ¿Quién se va a sentir ganador y quién se va a sentir perdedor? ¿El que deja de pagar esperando la condonación o el que sigue pagando y luego condonan a los morosos? El incentivo está claro: es mejor dejar de pagar, y esperar.

¿Qué estará pensando hoy un esforzado trabajador chileno, que terminó de pagar su última cuota del CAE y que dejó muchas prioridades de lado por no incumplir? ¿Es justo para esa persona que la condonación premie al que no ha pagado?

El anuncio del ministro Marcel, de que vendrían novedades respecto de la condonación del CAE en septiembre, abre un manto de dudas más que certezas. Chile no es el mismo Chile que cuando el Presidente Boric llegó al gobierno con su promesa bajo el brazo. Estamos en un país en el que ha aumentado más la pobreza y la inseguridad. Por lo tanto, el programa de gobierno debe adecuarse a eso, como ha pasado en gobiernos anteriores. Los programas de gobierno no son las Tablas de la Ley ni están escritas en piedra. Son hojas de ruta, y como tal, deben orientar al capitán del barco si la marea cambia.

La condonación del CAE es una política pública regresiva, injusta, cara y que genera un pésimo precedente para el cumplimiento de las obligaciones. Eso, sumado a que las prioridades de hoy más que nunca son seguridad y crecimiento, ponen al Mandatario en una disyuntiva: ser un Presidente que gobierne para todos o que vuelva a enarbolar su vieja bandera de dirigente estudiantil solo para unos pocos.

MARÍA JOSÉ DOMÍNGUEZ

Académica Facultad de Gobierno y Educación UDD