Hero Image

Noticias

Control de riesgos en tiempos del COVID

Al analizar los resultados de las interacciones entre las estructuras y el comportamiento de los países, nos ofrece una perspectiva valiosa para analizar el cambio del sistema internacional ad portas. Desde este punto de vista, es natural inferir el aumento sostenido de la competencia estratégica entre China y los Estados Unidos en estos últimos tiempos, generando necesariamente tensiones entre estos dos países, dependiendo del resultado de estas interacciones, puede determinar el futuro de las relaciones internacionales contemporáneas.

En este contexto, los Estados Unidos está impulsando una expansión de las inversiones como un mecanismo de generación de competitividad y de desarrollo de la tecnología en áreas estratégicas, como la inteligencia artificial, la robótica, la computación cuántica, la biotecnología, etc., para así, estar a la vanguardia de los desafío digitales que depara el  siglo XXI. Para llevar a cabo esta estrategia es indispensable que los Estados Unidos mantenga una mayor colaboración en el plano político, económico y de seguridad con sus países aliados históricos, y a la vez fortalecer las relaciones con los países del indio pacífico y del Atlántico, para así  intentar establecer una estandarización de normas técnicas internacionales para crear una ventaja estratégica para contener el desarrollo tecnológico de China.  En este contexto, se hace indispensable una reformulación y reestructuración del sistema internacional, para así, ajustar los desafíos del siglo XXI.

Los Estados Unidos aumentará los gastos en seguridad nacional y, al mismo tiempo, aumentará su capacidad de acción diplomática y militar en múltiples dimensiones para así enfrentar el ascenso de China en el sistema internacional. Para lograr tales objetivos, es indispensable fortalecer el atractivo de la ideología y de los valores norteamericanos. Es por ellos que vemos últimamente una mayor intensificación de la intervención en asuntos internos de China, tales como el tema Hong Kong, Taiwán, Xinjiang y el Tibet.  Para aumentar la influencia norteamericano en el mundo, el Comité de Inversión Extranjera en los Estados Unido (CFIUS) jugará un papel determinante en fortalecer las relaciones de los Estados Unidos con sus aliados históricos en procura de la construcción de un mecanismo de intercambio de información y de acción concertada para abordar conjuntamente el desarrollo internacional de China. En virtud de ello, Estados Unidos buscará mayor coordinación y estandarización  con los países aliados en temas legales, las políticas públicas, las normas, las reglas, las informaciones, etc., con el fin de establecer una sinergia para enfrentar y frenar el avance de las inversiones China en el mundo, pero por sobre todo impedir que China pueda tomar ventajas en el desarrollo de la tecnología de 5G a nivel mundial.

En este nuevo escenario de competencia, se hace indispensable el despliegue de mayor cooperación en los temas de intereses mutuos, para así, construir confianzas entre ambos países, reduciendo de esta forma el riesgo de un escalamiento de los posibles conflictos.  Es por ellos, la gestión de riesgo en las relaciones entre China y los Estados Unido se hace crucial. Ambas fuerzas militares pueden llevar a cabo cooperación en materia de gestión de crisis en los temas marítimos, también como el establecimiento de un mecanismo de vigilancia estratégica y de alerta temprana frente al surgimiento de nuevo foco de conflicto. Dado que Estados Unidos fortalecerá la relación con sus socios y aliados para hacer frente al ascenso internacional de China, esto generará que el resto de los países  del mundo tenga que optar en apoyar a unos de los países, y al hacerlo, puede desencadenar innumerables tensiones innecesarias, tal como vemos ahora en la zona sudeste de Asia. Por lo tanto, es urgente que China y los Estados Unidos construyan un mecanismo de comunicación a través del diálogo y el fortalecimiento de un mecanismo de gestión de crisis internacional para evitar la propagación de un conflicto una vez estallado.

Frente a la carencia de un mecanismo de gestión de crisis, cualquier interpretación errónea de las acciones del otro, puede desencadenar un conflicto de proporciones aumentando así la posibilidad de perder completamente el control de la situación. ¿Cómo reducir el riesgo de una percepción errónea? La respuesta solamente lo pueden dar Beijing y Washington al tratar de explorar temas de intereses comunes, como por ejemplo, en materia de cambio climático, la salud mundial, los temas de la no proliferación de armas de destrucción masiva, en fin, son los temas que nos plantea la forma de abordar los problemas y desafíos mundiales del futuro. Recientemente, la administración de Trump ha introducido una serie de medidas políticas ofensivas contra China, las cuales aumentarán la intensidad del juego de poder entre ambos, generando fricciones que minará seriamente la voluntad y la eficacia de la cooperación entre China y los Estados Unidos en el despliegue de la gestión de riesgos.

Las relaciones entre China y los Estados Unidos es una unidad dual que implica la competencia y la cooperación. China y los Estados Unidos convive en un mismo mundo, coexistiendo en el mismo sistema internacional. Las competencias entre China y los Estados Unidos será de largo plazo y de mucha complejidad, que luego de largo tiempo de interacción conllevará a una necesaria transformación de la estructura del sistema internacional.

 

Yun-Tso Lee

Director Centro de Estudios de Relaciones Internacionales (CERI), UDD.