“Chile Vamos ha sido una coalición exitosa cuando ha actuado sobre la base de la unidad. Recuperar esa condición es la tarea fundamental que tenemos por delante”, dice el ministro.
En el patio de los cañones, durante la ceremonia de promulgación de la reforma constitucional que habilita el plebiscito de abril, las señales de la presidenta de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe, dejaron en evidencia al cierre de esta edición el estado de molestia del gremialismo con sus socios de coalición.
Minutos antes se la vio ir camino a las oficinas de la Presidencia. Y aunque en la mañana había dicho que estaba buscando pasajes de avión para viajar desde Concepción, su presencia en La Moneda despejó definitivamente las dudas que había de su asistencia al acto.
Aún sin solución, el congelamiento de la participación en Chile Vamos que la senadora declaró el pasado jueves, será el tema de la comisión política de la UDI de esta tarde. Pero también, en opinión de distintos observadores, se instaló como una prioridad a resolver por parte de La Moneda y en particular para el ministro del Interior, Gonzalo Blumel, militante Evópoli y uno de los blancos de las críticas de la parlamentaria.
Al respecto, el ministro señala a La Segunda: “Hoy tenemos dos grandes prioridades. La primera es consolidar la hoja de ruta constitucional y social junto a la recuperación del orden público, que es condición necesaria para que estos procesos puedan resultar exitosos. El segundo objetivo fundamental para nuestro Gobierno es fortalecer la unidad de la coalición. Chile Vamos ha sido una coalición exitosa cuando ha actuado sobre la base de la unidad, y recuperar esa condición es la tarea fundamental que tenemos por delante”, dice Blumel.
Urgencia de orden
“Cuando hay un Gobierno débil es cuando más necesario es que esté unida la coalición que lo apoya. Si uno le suma a un Gobierno débil una coalición dividida, entonces el panorama de la centroderecha es malo”, describió esta mañana el senador Andrés Allamand (RN) en Radio Duna. Consultado por La Segunda, el parlamentario ahondó: “El ministro del Interior tiene dos responsabilidades que no puede eludir ni delegar, que son restaurar el orden público e influir en el buen funcionamiento de Chile Vamos. En lo primero debe tener alta presencia, ya que la gente necesita saber que está al mando; en lo segundo, debe persuadir, ayudar a resolver los problemas, aportar ideas para que los futuros desafíos se asuman en unidad”.
Y sobre el desempeño de Blumel en estas áreas, respondió: “Debe ser mucho más eficaz en ambas”.“Creo que el ministro Blumel tendrá que empezar a articular algún acercamiento con aquellos que lo cuestionan y que no son solo la UDI, porque también se aprecia en RN cierto retraimiento respecto de lo que se está haciendo”, señala Eugenio Guzmán, decano de la Facultad de Gobierno UDD.
Mientras que Max Colodro, director del Magíster en Comunicación Política UAI, sostiene que el ministro “no está siendo eficaz ni en conducción política, ni en orden público”.Sobre este segundo punto (ver recuadro) desde el oficialismo han destacado que las cifras el escenario que hoy vive el país no tiene nada que ver con hace 30 días, ni menos hace 60; pues desde el 18 de octubre, van 2500 eventos graves, en promedio 45 por día, y en las últimas semanas se han registrado uno, dos o tres por jornada.
Sin embargo, Colodro, cree que la mayor calma que se vive tiene que ver más bien con las celebraciones de fin de año y la proximidad de las vacaciones y que existe un riesgo de que después de las fiestas la violencia se reactive. De hecho, Tomás Duval, analista político de la U. Autónoma, señala que “enero es un mes demasiado político para que no pase nada. Primero, hay PSU.
Lo segundo, me preocupan los puertos. Es una fecha donde generalmente ha habido conflictos”. A lo cual otros observadores mencionan algo más próximo: las celebraciones de Año Nuevo, como la de Valparaíso. En este contexto, Colodro remarca que “lo que no le puede pasar a La Moneda es que la coalición de gobierno termine fracturándose. Porque ya está la sensación de un Presidente con mucha debilidad y lo mínimo que necesita el Gobierno es una coalición relativamente ordenada”.
Colodro profundiza que el Gobierno “ha logrado tener conducción en sí mismo, pero está debilitando fuertemente la unidad de la alianza de gobierno”, en el sentido de que la UDI reclama que es el único partido que paga los costos —al acceder a un cambio de Constitución, la inhabilitación por cinco años de Andrés Chadwick y la votación sobre las cuotas asociadas a la reforma constitucional— mientras sus socios actúan con libertad, además apoyados en que las dos principales carteras, Interior y Hacienda, son Evópoli. “Y el remate de este escenario que se abrió el viernes con la molestia UDI, es constatar que esto le está rindiendo en términos políticos en la Cadem a Mario Desbordes, como el segundo mejor evaluado y la senadora Van Rysselberghe como la peor evaluada”, señala.
Sobre Blumel, Colodro dice que “debió haber priorizado en el actual escenario una mayor coordinación con los distintos partidos de la coalición de gobierno y no haberse arriesgado a un escenario de esta naturaleza”.Cambio de guión “La situación del Gobierno es muy delicada, veo buenas intenciones en algunos ministros, pero mientras el Presidente siga el guión de Cristián Larroulet de no hacer reformas sociales estructurales, no habrá posibilidad de que el comité político sintonice con lo que ocurre. En ese escenario este será un gabinete de transición ya que el propio oficialismo está desordenado”, afirma el senador Felipe Harboe (PPD).
Sobre las relaciones de la coalición, el legislador acota que “si a eso se suma que pertenece a un partido pequeño de derecha, se hace blanco fácil del fuego amigo”.Jaime Quintana (PPD), presidente del Senado, señala que “uno de los pocos aciertos de La Moneda ha sido el cambio de gabinete, aunque debió haber sido más profundo”, destaca el “cambio de todo” y que “con Blumel se puede dialogar”.
Pero también sostiene que “este gabinete no puede seguir tal cual en marzo. Se puede mejorar la coordinación y la conducción” y que el comité político actual “debe ser explícito en readecuar las tareas de gobierno al nuevo Chile post estallido”. Al respecto, el diputado Matías Walker (DC), presidente de la comisión de Constitución de la Cámara, afirma que “el Presidente tiene que darle más protagonismo a esta suerte de primer ministro.
El problema de que a este primer ministro, la UDI lo tiene amenazado por todos lados, porque están muy dolidos por la salida de Chadwick. Pero el gobierno tiene que darse cuenta de que la única forma de empezar a salir de esta crisis es con cambios estructurales educación y salud. Para eso tiene que empoderar al cuarteto que conforma Blumel, Rubilar, Briones y Zaldívar. Creo que están con freno de mano”.