Fue, sin duda, una de las frases que generó más reacciones durante la Cuenta Pública del Presidente Sebastián Piñera. El Mandatario anunció una Reforma Constitucional para revertir el cambio impulsado por su antecesora, Michelle Bachelet, durante su anterior mandato, donde en su momento defendieron el alza de parlamentarios como un mecanismo para romper con el binominal y permitir el ingreso de nuevos actores a la representación legislativa.
Una medida que se conoce en un año marcado por polémicas en el Congreso, como el mal uso de viáticos y contratación de amigos como asesores. Esto sumado al largo debate sobre los sueldos de los legisladores, que equivalen a los de un gerente y que son, en promedio, 34 veces el sueldo mínimo, una de las diferencias más grande entre los países de la OCDE.
¿Podrá Piñera -quien no cuenta con mayoría en el Congreso- aprobar una reforma constitucional? ¿Es apropiado modificar una reforma que aún no termina de debutar?
T13.cl consultó a expertos y este fue su veredicto.
Robert Funk, académico del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile
Como una iniciativa con pocas posibilidades de tener éxito califica el académico Robert Funk la propuesta de reforma constitucional para reducir el número de parlamentarios.
«Me parece que es un anuncio que intenta hacerse cargo de un malestar generalizado con el Congreso, que surge más de los abusos de los parlamentarios actuales que de los números totales. El hecho que el gobierno opte por responder a esas demandas con una propuesta a reducir el número de parlamentarios tiene sus orígenes en la desconfianza histórica que tiene la derecha chilena al parlamento ya a la ‘politiquería'», plantea.
Sin embargo, dice Funk, «existen muchos estudios respecto el número ideal que debería tener un parlamento. Y una fórmula que se basa en la evidencia empírica es un número deseable es la raíz cúbica del total de la población».
«Si uno toma un país como Canadá, que tiene una población de unos 30millones, tomando la raíz cúbica, uno llega a una cifra ideal de 310. La cámara baja canadiense tiene 338 miembros. Haciendo el mismo ejercicio para Chile, uno llega a una cifra ideal de 262. Solamente en base a eso, no se justifica reducir el número de diputados», asegura.
Junto con esto, el académico de la Universidad de Chile señala que «los problemas que encontramos en el congreso -el abuso de viáticos, los sueldos elevados etc – no se solucionarán teniendo menos gente».
María Jaraquemada, directora de Incidencia de Espacio Público
Jaraquemada enfatiza que la reforma al sistema electoral aún no entra en pleno funcionamiento, pues recién en 2022 se alcanzará la cifra de 50 senadores, con la renovación de los representantes de las regiones «pares».
«No estoy muy de acuerdo. Recientemente se cambió el sistema electoral, que buscaba hacerse cargo de tener un sistema más proporcional que el sistema binominal, entonces habría que ver qué pasa con esa proporcionalidad, y además no se ha terminado de implementar el cambio, porque en el senado todavía no se aplica en dos elecciones consecutivas. Entonces encuentro que es complejo cambiarlo ahora», señala.
Por otro lado, expone que si lo que se quiere es reducir el gasto del Congreso, se podría «hacer de forma mucho más eficiente con los recursos que hoy cuentan los parlamentarios, controlar y fiscalizar mejor el uso de asignaciones parlamentarias, y por ahí quizás podría haber un ahorro en vez de tener que reducir los parlamentarios, o incluso pensar en reducir la dieta como lo han planteado distintos movimientos, como el Frente Amplio y ahora se está sumando Evópoli».
«Yo en principio no estoy de acuerdo, pero obviamente habría que revisar bien la propuesta y ver cómo afectaría la proporcionalidad del sistema», agrega.
Gonzalo Müller, director Centro de Políticas Públicas de la UDD
El académico señala que «la reducción del número de parlamentarios es una medida muy popular y que pone presión al Congreso. Es una manera de apuntar al mal funcionamiento de la actual legislatura».
«Se podría alcanzar una rebaja sustantiva de diputados sin modificar los actuales nuevos distritos. Eliminando 1 o 2 por cada uno de los más grandes», asegura.
Consultado si no considera apresurado anunciar una reforma a una medida que aún no se termina de implementar, señala que «es verdad». Sin embargo, hace hincapié en que «la discusión de fondo es que este Congreso aparece en deuda en su capacidad legislativa. Y eso muchos se lo adjudican a la reforma que llevó a disputados del 1%, casi sin votos al Congreso».
Gloria de la Fuente, presidenta de Chile 21
La cientista política señala que «no es un buen anuncio en momentos donde la reforma electoral recién entra en régimen. Se trata de fortalecer las instituciones, no de debilitarlas».
De la Fuente no cree que la medida sea la solución para mejorar el uso de recursos y funcionamiento del Congreso. «Me parece qué hay que analizar seriamente cómo se puede optimizar el gasto y la función parlamentaria. El Congreso cumple un rol fundamental y creo que hay que relevar su rol, buscando mejorar su trabajo», señala.
Por otro lado, la presidenta del think tank opositor plantea que podrían estar en riesgo los avances de representatividad logrados con la reforma al sistema. Con todo, advierte que «la acción afirmativa de género es producto de la disposición que quedó en torno a las cuotas, ello no debiera modificarse».
Eso sí, advierte que es necesario que se entreguen detalles de cómo se realizará la reducción de parlamentarios.
Y, finalmente, sobre las posibilidades de éxito de una reforma como esta, señala: «Decir suicida es mucho, pero es a lo menos arriesgado sin mayoría».
Francisco Vicencio, investigador del Centro de Políticas Públicas de la Universidad Andrés Bello
Vicencio comenta que «lanzar un proyecto así, a tan pocos años de haber reformado el sistema, puede parecer un poco apresurado. No obstante, está claro que la discusión va a tomar bastante tiempo y no va a ser un proyecto que se vaya a tramitar rápido, independientemente de que se le otorgue urgencia».
El investigador de la UNAB plantea que «como medida, si, puede ser lógicamente una afirmación que va a tener respaldo popular, aunque no estoy seguro si va a tener el mismo respaldo del Congreso».
Sobre el respaldo popular que pueda tener la medida, dice que «estos temas han sido bastante polémicos desde hace bastante rato: se cuestiona aparte del sueldo de los parlamentarios, las polémicas que se han generado por el uso de las asignaciones parlamentarias, entre ellas para pago de asesores y gastos de representación, como uso de viáticos y bencina».
¿Qué efectos puede tener esto en el propio Congreso? Vicencio señala que «disminuyendo el número de diputados y senadores puede bajar la representatividad del sistema. Entonces, quizás, si la magnitud de territorios -vale decir el número de candidatos que son electos, en el caso de distritos para los diputados y curcunscripción para los senadores- va a disminuir, entonces podrían quedar eventualmente actores del sistema político, que ahora están adentro, fuera».
Sobre esto, advierte que «hay que ver si esta reforma cambia solamente la magnitud de los distritos o va a cambiar el sistema propiamente tal».
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