Con la más alta participación en quince años, las elecciones generales de España convocaron a un 75,78% del padrón electoral, nueve puntos más de lo que se alcanzó en 2016. Los analistas locales esbozan una teoría: la aparición de VOX, un partido que se podría clasificar como derecha extrema, obligó a la izquierda a organizarse y el PSOE de Pedro Sánchez finalmente logró 123 escaños, 38 más de los que obtuvo la última vez.
A más de 10 mil kilómetros de distancia, en Chile los expertos tienen sus propias lecturas. «Podemos sacar varias lecciones», dijo a Emol TV el vicedecano de la Facultad de Gobierno de la UDD, Rodrigo Arellano. «‘La derecha o la izquierda unida, jamás será vencida’, dice el dicho, y es así: en estos sistemas, la unidad de los bloques asegura una mayor representación que la otra, cuando va dividida», añade.
Para la académica del Instituto de Asuntos Públicos de la U. de Chile, Mireya Dávila, la primera conclusión es otra: «Una campaña bien hecha tiene efectos». «Sánchez logró movilizar, algo que antes no había hecho, y resucitó después de una situación compleja. Otra lección: en política, nadie está muerto», dice.
A su juicio, lo que se extrae del resultado español es una buena noticia para la lógica socialdemócrata. «No necesariamente se trata en Chile de la Concertación, pero sí se inclina por una lógica más de centroizquierda, que hoy es el proyecto político que está más débil aquí», señala. «Esto habla de una capacidad de coordinación en ideas, programa y estrategia, y es un fenómeno muy interesante que también se tiene que mirar con una lógica generacional».
Pero para Kenneth Bunker, doctor en Ciencia Política, la interpretación es otra. «He visto a muchos chilenos diciendo que despertó la social democracia, que no estaba durmiendo y que estaba ‘de parranda’. Eso es cuestionable, porque el PSOE ganó pero no con un margen importante. No creo que sea un triunfo para la izquierda, porque lo que vemos en las tendencias es todo lo contrario: el alza de las derechas extremas en todas partes de Europa», agrega.
Y es que más allá del aparente triunfo de Sánchez, los analistas enfocan su vista en la irrupción de VOX en el Congreso y en la caída del Partido Popular de Pablo Casado, pero también en el retroceso del Podemos de Pablo Iglesias y el fortalecimiento de las opciones políticas «moderadas».
El fracturado presente de la derecha
La caída del PP fue calificada como «fuerte» en los medios españoles, después de que su representación pasara de 137 en 2016 a 66. «Como derecha, claramente fracasaron en enfrentar esta elección. Va a quedar un largo aprendizaje ahí», señala Bunker. La clave para interpretarlo, para él, reside en el triunfo de VOX, que ingresa al Congreso con 24 escaños. «Tienen por primera vez una voz desde una parte institucional», explica.
«VOX era una de las amenazas y se veía como algo complejo, pero lo que demuestran estas elecciones es que su apoyo no superó el 10%. Se espera que en Chile pase lo mismo y que el fenómeno José Antonio Kast no llegué a más de lo que ya está, que ya haya tocado techo. Pero es bueno que se conozca, porque eso transparenta el debate público y permite limitarlo más que cuando está como escondido y desde afuera», señala por su parte Dávila.
Para ella, también es importante considerar lo que pasó con Ciudadanos, una opción de centro derecha liberal que subió de 32 a 57 escaños. «Lo que hace la derecha allá es lo que hace la izquierda acá, que es ir separada, y al ir separada, pierde. Eso indica que, acá, al Gobierno de centroderecha no le conviene moverse mucho más a la derecha. Esa es una clave interesante: los votantes se mueven al centro, a pesar de que ahora existan voces más extremas», dice.
Para Arellano, lo que ocurrió con VOX y la forma en que mermó los escaños del PP podría replicarse en territorio nacional. «Hay que ver la dirección que tome Kast, pero si decide competir al Parlamento descolgado de Chile Vamos y con una lista propia, eso puede afectarle a la coalición», asegura.
Bunker destaca además la precisión de las encuestas. «Son resultados interesantes, pero que no llaman mucho la atención. Las mediciones estuvieron bastante bien. No sabemos qué puede pasar en las elecciones si es que no tenemos encuestas. Hay muchas personas que las critican, pero ¿cómo más nos podríamos acercar a lo que pasa? ¿Cómo más podríamos poner estándares con respecto a lo que son los resultados?», plantea.
El retroceso de Iglesias
Para Dávila, los resultados que obtuvo el PSOE en las elecciones anteriores, que fueron peores y favorecieron al Podemos, se explican en parte por una lógica generacional. «Eso hizo que la centroizquierda se dividiera, y Sánchez logró mover esa lógica generacional hacia una cosa de izquierda, pero también de centro, que hizo que tuviera mayoría. Eso es algo que en Chile todavía no veo, porque la gente más joven de centroizquierda está en un lenguaje que no se mueve al centro, y ese es un punto que tendrán que mirar», explica.
Hoy, la coalición de Iglesias, Unidas Podemos, bajó de 71 a 42 diputados. «Es una fuerza que estaba surgiendo con mucho poder y todos miraron con mucho ojo las expectativas del partido de seguir creciendo, pero nos dimos cuenta de que los conflictos y los mismos males de la política tradicional afectaron de manera importante su credibilidad», asegura Arellano. La consecuencia habría sido que los votantes más moderados retornaran al PSOE.
El bloque es visto desde Chile como un fenómeno similar al Frente Amplio, con el cual incluso tienen buenas relaciones. «El FA tiene muchos vasos comunicantes con Podemos, los líderes se han visitado, y los efectos podrían repetirse. Podría ser que el FA, con todos los problemas que ha tenido y la crisis de liderazgos, haya alcanzado su peak y ahora no le vaya tan bien, como le pasó a Podemos», añade.
Dávila tiene una visión más escéptica y se inclina por no hacer comparaciones directas, aunque sí detecta algunos patrones que podrían ser comunes. «El propio liderazgo de Iglesias tuvo problemas personales, pero también hay un tema con la posibilidad de realmente construir alternativas de izquierda dentro de una política capitalista», señala.
«¿Hasta dónde los partidos y movimientos son capaces de presionar a un sistema económico que está muy interconectado y que pasa por una crisis, en términos de cómo tú manejas las economías nacionales conectadas con lo global y con todo el tema financiero? Yo no sé hasta qué punto es posible hoy día una alternativa más de izquierda sin que haya una confrontación, y tal vez ahí el electorado lo pueda intuir y vote más por una lógica que sea de izquierda, pero del centro, con estrategias incrementales más que otra cosa», agrega.
Para Bunker, lo que queda ahora es ver cómo se comportarán los partidos al momento de formar coaliciones para gobernar, debido a que el PSOE no logró la mayoría necesaria y necesitará pactar. Ahí entra en escena Esquella Republicana de Cataluña (ERC), el partido independentista catalán que consiguió 15 escaños. «Los nacionalistas tienen la primera posición para negociar con el Gobierno y eso va a ser interesante», concluye.
Ver nota publicada: https://www.emol.com/noticias/Nacional/2019/04/29/946294/Lecciones-desde-Espana-Lo-que-deja-en-Chile-el-triunfo-de-Sanchez-y-la-caida-del-PP.html