Un 44% de los encuestados cree que las empresas son la institución que más influye en las decisiones del Gobierno y el 41% piensa que la gente no tiene incidencia en ellas. Por otro lado, un 57% está muy satisfecho con su trabajo y también un alto porcentaje con sus jefes y compañeros. Los contrastes que muestra una nueva radiografía a los chilenos: “Poder y actitudes hacia el trabajo”. B. Vial
La encuesta de la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo realizó un estudio entre el 30 de marzo y 2 de abril que indaga en la visión de los ciudadanos sobre el poder, por una parte, y en otra, sobre tendencias frente al mundo del trabajo. En la primera parte se incluyó una serie de preguntas sobre quiénes influirían en las decisiones del gobierno, en las políticas públicas y cuánto incide la ciudadanía en las determinaciones gubernamentales.
Así, el estudio arrojó que un 44% cree que las empresas son las instituciones que más influencia tienen en las decisiones del gobierno seguido de un 30% que estima que son los medios, mientras que sólo un 7% define a los partidos políticos como los más influyentes y solo un 3% cree que es la ciudadanía. “Así se entiende que las miradas de los ciudadanos al buscar respuestas frente a sus necesidades apunten con fuerza hacia los medios y las empresas por sobre el gobierno de turno”, dice Eugenio Guzmán, decano de la Escuela de Gobierno de la Universidad del Desarrollo.
Respecto a este último se consultó si estaba de acuerdo o en desacuerdo con que la “gente como usted no tiene ninguna influencia en lo que hace el gobierno”. “Un amplio 55% cree que las personas como ellos no tienen casi ninguna influencia en el gobierno, y solo un 29% percibe que sí la tiene. Se refuerza la idea de que el ciudadano es poco lo que puede hacer por influir ante el gobierno”, explica Guzmán.
En tanto, respecto a si “las políticas en Chile dependen más de lo que ocurre en la economía mundial que de quién esté en el gobierno”, un 39% cree que es así, mientras que un 57% asegura que dependen más de quién esté a cargo del país.
Por último, un 26% dice tener mucho o bastante interés por la política. Solo un 12% está de acuerdo con que los parlamentarios se esfuerzan por cumplir las promesas que han hecho durante las elecciones y un 66% está en desacuerdo con que los altos funcionarios procuran hacer lo que más le conviene al país. “Es preocupante si lo asociamos a nuestra baja tasa de participación electoral. Así aparece que el bajo interés por la política, la baja participación y la escasa percepción de influencia aparecen como conceptos que son parte de un mismo círculo vicioso de nuestra democracia”, asegura en decano de la UDD.
Tendencias en el trabajo
La desconfianza instalada en la ciudadanía hacia el poder pareciera tener un contraste —según esta encuesta— cuando se consulta sobre el mundo del trabajo.
“Todos demuestran una preocupación e interés por su trabajo muy superior al demostrado hacia la política. El mundo del trabajo es parte activa y diaria de la realidad de las personas, en las antípodas de la política y el poder, que solo de vez en cuando adquiere esta cercanía e importancia”, señala Guzmán.
Es lo que se concluye de la segunda parte del estudio, donde hay datos reveladores, como por ejemplo que un 31% está “muy de acuerdo” en que un trabajo es solo una manera de ganar dinero y un 14% “de acuerdo”, pero también hay un grupo importante que ve algo más en el empleo y al ser consultados declaran que les gustaría trabajar remuneradamente “aunque no necesitaran el dinero, un 40%”.
Al ser consultados por cómo describirían las relaciones en su lugar de trabajo entre el personal directivo y los empleados, el 36% las considera muy buenas (y un 31% bastante buenas). Un 41% piensa además que son muy buenas entre compañeros de trabajo, y un 29% bastante buenas). Un 25% está “totalmente” satisfecho en su trabajo y un 32% “muy satisfecho” versus solo un 1% que está totalmente insatisfecho. Un 45% dice estar “totalmente de acuerdo” con el tipo de trabajo que hace. “El trabajo es parte de la identidad de las personas”, señala Eugenio Guzmán; “por lo mismo, al acercarse las preguntas a la realidad personal las evaluaciones son positivas. Es otra señal de que el nivel de sueldo no es el único factor analizado por los trabajadores, aunque sigue siendo, por lejos, el más importante”.
Donde se ve un contraste en las encuestas es en el cambio de trabajo. Así como un 34% señala que rechazaría un trabajo con un sueldo muy superior al que tiene para poder continuar en su empresa, un 45% dice que sí se cambiaría por un trabajo diferente. El decano de la UDD aclara que la segunda interrogante apunta al tipo de trabajo, que no es lo mismo que cambiar de empresa. “Ello explica que un porcentaje alto esté de acuerdo, porque apunta a lo que podría denominarse rutina”, dice Guzmán. Finalmente, una pregunta apunta a la flexibilidad laboral. Al consultar cuál es la importancia que se le atribuye a un trabajo que le permita poder decidir los días y horarios de trabajo, un 65% dice estar muy de acuerdo, contra un 7% que está muy en desacuerdo”. Guzmán concluye: “La flexibilidad laboral es una demanda del mundo moderno, de la diversidad de intereses y de la autonomía. El modelo de trabajo para toda la vida en el mismo lugar y haciendo lo mismo no es la historia del futuro”.