«Impulsaremos la sustitución del actual sistema electoral binominal para la elección parlamentaria por uno de representación proporcional», indica el programa de gobierno. El cambio de sistema electoral cruzó tanto los gobiernos de la Concertación como el de la Nueva Mayoría.
Uno de sus mayores negociadores en esta administración fue el ex ministro de Interior, Rodrigo Peñailillo.
Generar mayor competencia y evitar distorsiones en la representación fueron los grandes argumentos en su momento y finalmente se convirtió en ley.
La primera elección bajo ese sistema fue la elección legislativa del año pasado, pero de inmediato surgieron debates sobre cuánto era que se corregía la representatividad.
Según estudios de Libertad y Desarrollo, «el nuevo sistema ha aumentado la desproporcionalidad electoral que generaba el sistema binominal en el promedio de las últimas siete elecciones para la Cámara de Diputados».
Por su parte, Claudio Pérez, director ejecutivo del CED opina que «el fin del binominal constituye un avance significativo en mejorar nuestra democracia y la representatividad del Congreso Nacional».Sobre la corrección que se esperaba lograr para evitar que candidatos con altas votaciones quedaran fuera, eso sí se cumplió.
Pero, aparecieron otras distorsiones.
Es la opinión de Eugenio Guzmán decano de la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo: «Tuvo lugar algo peor: fueron electos candidatos con menos del 2% y otros con siete veces mas votos no lo fueron».Junto con ello, generó una proliferación de partidos políticos -se presentaron 26 a las elecciones y 17 obtuvieron representación- lo que obligará a las nuevas autoridades a negociar con fuerzas políticas minoritarias.Otra polémica que rodeó el tema fue la afirmación que hizo Peñailillo sobre el costo monetario de aumentar el número de congresistas.
En agosto de 2014 señaló: «Este es un proyecto de ley que no irroga mayor gasto fiscal para el Estado de Chile».
Pero fue en noviembre del año pasado que el ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre dijo: «Es muy posiblemente, algún recurso adicional va haber que considerar».Otras promesas políticas asumidas y que se cumplieron fue el voto chileno en el exterior y sacar adelante la elección directa de gobernadores regionales.
Desde La Moneda se muestran satisfechos puesto que lograron aprobar lo que consideran, fueron dos cambios «históricos».
De hecho ya está fijada la primera elección democrática de gobernadores regionales para el año 2020.
Sobre este punto, la Fundación Piensa – think tank dedicado al tema de la descentralización- señala: «A pesar de todas las dificultades en la discusión legislativa, como Fundación creemos que es un primer paso indispensable para otorgar mayor justicia a las regiones», pero advierten que aún no es suficiente: «Es un primer paso que se debe complementar con el traspaso de competencias y recursos acorde a las necesidades propias de las regiones».