Luego de que el FA rechazara la candidatura a diputado de su ex contendor, tras acusar que buscó «hostigar» y «amedrentar» a una compañera, los analistas opinan que el bloque podría perder su apoyo en la izquierda más dura.
SANTIAGO.- «Sin temor a equivocarme, este debe ser el momento más difícil por el que haya pasado nuestra naciente coalición, el Frente Amplio». Así empezó anoche su declaración pública el diputado Giorgio Jackson, después de una jornada en la que todos los ojos estuvieron sobre él y Alberto Mayol.
Todo empezó la noche del lunes, con un tuit del ex precandidato presidencial que denunciaba una «operación política sin precedentes» por parte del Frente Amplio para bajar su candidatura a diputado por el distrito 10, donde el líder de Revolución Democrática busca la reelección. Luego la mesa electoral del bloque lo confirmó: Mayol había quedado fuera de la carrera parlamentaria en el territorio y en todos los demás distritos del país.
El conglomerado afirma que el ex precandidato presidencial intentó «hostigar» y «amedrentar» a Natalia Castillo, candidata RD para disputar un sillón en la Cámara por el mismo distrito, a través de un mensaje de audio de 2 minutos. Ella dice que Mayol le pidió su cupo en el subpacto, él asegura que sus acusaciones son falsas.
Mayol dijo: «Si quieren una guerra, van a tener guerra» y dijo también «si se quieren deshacer de mí, háganlo con estilo». Giorgio Jackson respondió: «Alberto comienza a esconderse en la mentira». Ambos entregaron su versión de los hechos, y las historias no coinciden.
A tres meses de la elección, la candidata presidencial del bloque, que venció a Mayol en las primarias, Beatriz Sánchez, había alcanzado un 17% de respaldo en la última encuesta Adimark, quedando por primera vez en segundo lugar.
¿Afectará la polémica de su conglomerado el apoyo ciudadano a su candidatura? Cinco expertos entregan su análisis de la situación.
(…)
Con esto, vemos que la crítica que el FA hacía a las malas prácticas y las luchas de poder, incluso en un movimiento tan incipiente como ellos, se empiezan a reproducir. Por ejemplo: las disputas por los cupos y los cargos. Entonces, cuando la nueva política se parece tanto a la vieja política, obviamente pierde gracia, pierde brillo y nos damos cuenta de que, al final, la lucha por el poder quizás es una sola.
Gonzalo Müller, director del Programa de Opinión Pública UDD.
