Un 25% de aprobación ciudadana alcanzó la Presidenta Michelle Bachelet en la encuesta Adimark de marzo y en la última medición de Cadem, evidenciando una leve alza que ya acumula cinco meses, interrumpidos solo por la baja que sufrió por los incendios forestales ocurridos en febrero pasado.
La experiencia histórica avala la posibilidad de que Bachelet se despida con mejores números. De hecho, el ex Presidente Ricardo Lagos en su último año logró retirarse con un 60% de aprobación y ella misma logró subir de un 62% en marzo de 2009 a un imbatible 84% en febrero de 2010.
Asimismo, el ex Presidente Sebastián Piñera logró revertir dos años de malas cifras, gatilladas por sus roces con el movimiento estudiantil, entre otras crisis, y pasó de un 34% en abril de 2013 a un 50% en febrero de 2014 al momento de entregarle la banda de vuelta a la actual jefa de Estado.
Entonces, ¿se trata del despegue definitivo de la Mandataria en los estudios de opinión? Según los expertos, eso no está tan claro considerando la difícil relación que ha mantenido el actual gobierno con los sondeos, los cuales la han castigado con cifras históricas de rechazo tras hechos como el Caso Caval y la oposición a sus principales reformas.
«Se trata de un fenómeno que le ocurre a los presidentes hacia el final de sus mandatos que es la paulatina pérdida de protagonismo», explica a Emol el director del Programa de Opinión Pública de la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo (UDD), Gonzalo Müller.
A su juicio, «si uno mira los meses de marzo y abril, han estado marcados por las definiciones presidenciales en ambos bloques y por la tensión de si hay o no primarias, de los candidatos que se han bajado. O sea, la agenda ha estado marcada por esos temas y por lo mismo, los errores y aciertos ya empiezan a ser de otros».
«La figura presidencial empieza a descansar un poco más de esta presión y escrutinio. Le ha ocurrido a todos los ex Presidentes los últimos 30 años en función de este fenómeno, que es por decirlo así el lado positivo del pato cojo, en que las personas empiezan a fijar su atención en quien viene y no tanto en quien se va», añade.
La misma opinión expone el sociólogo y académico de la UAI, Max Colodro, quien destaca que «en general durante el último año los Presidentes tienden a mejorar en algo su aprobación, porque la atención política se va desplazando naturalmente hacia las campañas y hacia las tensiones propias entre los candidatos».
Ante la interrogante de si Bachelet logrará aumentar su aprobación más allá del 30%, el analista indicó que «lo importante es observar la tendencia, pero creo que es un efecto estacional y sobre todo porque es bastante tímido. La Presidenta ha estado en 22% y 23% varias veces y ahora está en 25%, que está dentro del error estadístico».
Pese a ello, Colodro afirma que «el Gobierno va a terminar en una situación más favorable y benigna de lo que ha estado en los últimos años, porque el efecto estacional inevitablemente es algo objetivo y lo más probable es que el Gobierno se vea beneficiado por ello».
En tanto, Müller recuerda que la gobernante «hasta ahora ha recuperado el nivel que tenía antes de la crisis de los incendios. Ahora, si sube de 25 puede llegar a 30% ahí podríamos hablar de mejora y si pasa de 30% hacia arriba ya es una mejora sustantiva».
Pero advierte que «yo veo difícil que supere el techo del 30%, porque ahí ya tendría que no solo pasar desapercibido sino que además empezar a tener frutos de parte de los cambios que han hecho, tener mejores noticias asociadas al gobierno».
«Lo que hasta ahora ha disminuido es el malestar, pero de ahí a que eso se transforme en algo positivo va a requerir más tiempo», concluyó.
Ver nota publicada: http://www.emol.com/noticias/Nacional/2017/04/25/855533/Alza-de-Bachelet-en-las-encuestas-El-lado-positivo-del-pato-cojo-en-el-ultimo-ano-de-Gobierno.html